¿Sabes? Cuando quiero decir algo sobre ti los adjetivos que se ponen en la cola desde mi cabeza hasta mi corazón se tropiezan entre ellos. Todos los adjetivos que tenía, incluidos los de aquellos que no tienen palabra, aquellos que sólo pueden decirse mediante miradas, besos o abrazos, no tienen más remedio que caerse con la multitud.
Incluso ellos que son demasiado fuertes como para dejarse poner un nombre superfluo que le pondría una humanidad limitada con sentimientos inimitables, sucumben a la inmensidad de un sentimiento: un silencio.
Esto es lo que pasa por mi cabeza cuando te digo que me desbordas: que me dejas sin palabras.
Incluso ellos que son demasiado fuertes como para dejarse poner un nombre superfluo que le pondría una humanidad limitada con sentimientos inimitables, sucumben a la inmensidad de un sentimiento: un silencio.
Esto es lo que pasa por mi cabeza cuando te digo que me desbordas: que me dejas sin palabras.
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