No estoy. No llamen que estoy macerando mi amargura y la tinta gris me clama. Más aún cuando es oscura. Cura busco a la amargura en esta tinta amarga y amargar lo amargo lo hace doblemente Pero como el dulce con el tiempo sabe más salado cuanto más dulce; como el café que despierta a mayor precio cuanto más se consume, la amargura despierta la amargura y sabe dulce. Como un bombón de zinc, como un helado pétreo, como un regaliz de óleo, ¡todos de color negro! Pero igualmente delicioso… ¡Como el placer que sufre el que es violado! ¡Como la paz del que es muerto! ¡Como un castigo es la amargura! ¡Como yo reviento! Pero su dulzura, aunque se muestra siempre se queda dentro. Dentro, dentro… Macerándose... Como yo escribiendo. Imagen de deutchonline en Pixabay
Un blog de escritura. De letras que vuelan y no saben adónde. Pero te digo de corazón que todo tiene alma aquí.