No estoy. No llamen
que estoy macerando mi amargura
y la tinta gris me clama.
Más aún cuando es oscura.
Cura busco a la amargura
en esta tinta amarga
y amargar lo amargo
lo hace doblemente
Pero como el dulce
con el tiempo
sabe más salado cuanto más dulce;
como el café que despierta
a mayor precio
cuanto más se consume,
la amargura despierta la amargura
y sabe dulce.
Como un bombón de zinc,
como un helado pétreo,
como un regaliz de óleo,
¡todos de color negro!
Pero igualmente delicioso…
¡Como el placer que sufre el que
es violado!
¡Como la paz del que es muerto!
¡Como un castigo es la amargura!
¡Como yo reviento!
Pero su dulzura, aunque se
muestra
siempre se queda dentro.
Dentro, dentro…
Macerándose...
Como yo escribiendo.
Imagen de deutchonline en Pixabay |
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