Ya veo, por fin el sol saliendo tras muchas noches sin dormir; sin estar durmiendo. Ya lo veo, por fin, amaneciendo. Ya siento, por fin frescor de viento tras cerrados zulos de Madrid, de ciudad desierto. Ya siento. Por fin, ya siento. Ya escucho, por fin algo latiendo: ¡Por ese corazón vívi todo este tiempo! Ya escucho, por fin, que estoy sintiendo. Ya lenguo, por fin sabor del tiempo; que en cada segundo no hay mil, que hay momentos. Ya lenguo, por fin, cada aliento. Ya huelo, por fin todos mis miedos: alegrías a punto de salir que están durmiendo. Ya huelo, por fin, que estoy viviendo. Y mis sentidos comienzan a estar dispiestos. Imagen de Martin Fisch de Flickr
Un blog de escritura. De letras que vuelan y no saben adónde. Pero te digo de corazón que todo tiene alma aquí.