Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2016

Un beso bajo la valla

Una valla invisible se extiende a lo largo de una de las diag onales del escenario. El foro es un espejo gigantesco. En él podemos ver la espalda de Ana y el cuerpo de Zak, reflejados, mientras que fuera del espejo vemos lo contrario y complementario a esta imagen. Ambos se agarran a la valla. Están intentando escal arla, pero no pueden agarrarse a ella.  Zak. – ¡La valla se me escurre entre los dedos, y mis pies se resbalan, Ana! ¡Ayúdame! Pausa. Sólo se oyen quejidos impotentes de los escaladores.  Ana. – ¡La valla se me escurre entre los dedos, y mis pies se resbalan, Zak! ¡Súbeme! Zak. – ¡No puedo! ¡No puedo! Ana. – ¡Súbeme! Zak. – Que no puedo, Ana. Eco. – Ana, Ana, Ana, Ana, ... Pausa. Ana mira al suelo. Coge una flor tan real como la valla que son incapaces de escalar. Se va corriendo del escenario. El suelo retumba. Viene un vendaval.  Zak. – ¿Ana? El viento es cada vez más fuerte.  Zak. – ¡Ana! El viento le hace cruzar la valla haci

Para mama

Hoy escribo amor con tinta de calma. Hoy escribo amor de morada blanca y paredes pintadas de salmón que empapelamos los dos en esta casa Hoy, hace un sol entero no veías ni papel ni salmón ni estas paredes blancas. Hoy, de veras, hoy las cosas en casa, casan. Como estos muebles, casan. Como tus pies, que andan ahora sobre tallada esperanza. Sobre el parqué. Sobre calma. Y de calma rellené mi tinta y pinta fina, y diva marcha sobre estas letras que no entiendes  porque prefieres escucharlas, ¡y será hoy saciado tu anhelo de tener un poema! ¡Demos fin a tu templanza! Ahora, aquí, empieza el poema de amor (de amor y calma) y calma voz ha de tener esta noche de bonanza, calma, dicha, vida y alma. A ti, barco cansado de atracar en los años que como viento de tormenta pasan. A ti, voz de histrión, voz belleza, voz que canta, voz de rito, voz que baila, voz de madre, voz de alma. A ti, corazón herido por balas hermanas del destino,  por hermanos de

Tórnate un tiempo, amor

Tórnate agua y fúndete, que en el aire el agua nube es, y sobre las nubes andan pies más blandos que sobre el suelo que ves. Anda sobre tus zancos en flor, anda como tu luz sobre el espejo, anda como tus ojos entre el fuego o como piel entre calor. Anda en sueños, mi amor de fuego de agua, de aire con calor. Anda y descansa luego. Anda y cierra el portón... Y no te apures por el tiempo que utilices. ¡Ay, mi amor, que andar cansada en un descenso da a los pies queja mayor! Y no observes tanto ese tiempo que utilices. ¡Ay, mi amor, que lo que en ese tiempo no hayas hecho, al despertarte, harás mejor! Tórnate lana y hazte miel, que la miel sobre la lana dura es y sobre durez, soñar lo ves sin culpa, fulgurante y por crecer. ¡Anda y descansa de una vez! ¡Anda y descansa y endurécete! Anda. Luego descansa. De una vez. Anda. Luego descansa y endurécete. Que cuanto más te esfuerzas en hacer dura con miel la lana de tus sábanas, más nubes dádivas te da el

Pasos blancos

Pasos blancos de ciego sobre acera. Tres pies. Dos de carne. Y el que queda es tacto en forma de vara y piel de plástico. Pasos blancos, por livianos. “Quien vea  pasos blancos sin mirarlos, que aquí venga.  Que un choque de varas de ciego es siempre rápido.”  Pasos. Pasos. Vienen y no se ven al tacto y el choque de varas de ciego es ipsofacto. Un rayo viaja de las varas a las manos, tácito. Mas aun tácito, las manos pueden escucharlo. Y se estrechan la que tienen libre. Hermanados entre manos se saludan como un soplo a polvos mágicos. Se han tocado. Se han mirado. Escuchando la identidad toda de otro ciego, con el tacto. Reconociéndose entre en un choque ciego y rápido. Pasos blancos, pasan blandos entre abrazo que se estrechan, como hicieron con las manos. Un huracán eléctrico viaja de cuerpo a cuerpo, tácito. Mas aun tácito, ellos sonríen sin mirarlo. Sin mirarse. Y no han hablado aún cuando, sin pensarlo, los dos ciegos se han curado el ánimo. Pasos blan

Dicen que son las noches

Dicen que son las noches. Pasos rebotando entre paredes. Abrigos volando como faldas. Las estrellas. Dicen que son las noches. Dos claveles rojos desnudos sobre un charco Cristales fríos empañados de sudor. Luces largas. Dicen que son las noches. Abrazos ocultos como besos. Condones tras pasodobles. Luces negras. Dicen que son las noches. Albergues en vaginas. Semáforos de lluvia en el agua. Jazz y aceite. Dicen que son las noches. Lunas de pan con miel. Una última copa de aliento. Flores malvas. Dicen que son las noches. Tejados y terrazas. Sábanas de polvo. Luego calma. Dicen que son las noches. Almohadas de claveles. Puertas entornadas de par en par. Luego, el alba. Dicen que son las noches. Después sólo que un clavel. Llantos y gracias. Luego nada. Dicen que son las noches. Amor de doce a siete. Mono de endorfinas. Luces blancas. Dicen que son las noches. Claveles que buscan claveles. Besos de agua salada. Luces malvas. Dicen que so