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Tórnate un tiempo, amor

Tórnate agua y fúndete,
que en el aire el agua nube es,
y sobre las nubes andan pies
más blandos que sobre el suelo que ves.

Anda sobre tus zancos en flor,
anda como tu luz sobre el espejo,
anda como tus ojos entre el fuego
o como piel entre calor.

Anda en sueños, mi amor de fuego
de agua, de aire con calor.
Anda y descansa luego.
Anda y cierra el portón...

Y no te apures por el tiempo
que utilices. ¡Ay, mi amor,
que andar cansada en un descenso
da a los pies queja mayor!

Y no observes tanto ese tiempo
que utilices. ¡Ay, mi amor,
que lo que en ese tiempo no hayas hecho,
al despertarte, harás mejor!

Tórnate lana y hazte miel,
que la miel sobre la lana dura es
y sobre durez, soñar lo ves
sin culpa, fulgurante y por crecer.

¡Anda y descansa de una vez!
¡Anda y descansa y endurécete!
Anda. Luego descansa. De una vez.
Anda. Luego descansa y endurécete.

Que cuanto más te esfuerzas
en hacer dura con miel
la lana de tus sábanas,
más nubes dádivas
te da el tiempo que estés.
Y menos lágrimas.

Y no le acuses más al tiempo
que utilices. ¡Ay, mi amor,
que andar requiere siempre tiempo!
Sino, pregunta a quien voló...

Y no te preocupes del tiempo
que utilices. ¡Ay, mi amor,
que entre tus sábanas me quedo
y sobre nubes te daré calor!

Y no te sufras por el tiempo
que utilices. ¡Ay, mi amor,
que cuando parece todo negro
si no te tienes tú, probaré yo!

Fotografía del usuario Hans en Pixabay
 

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