Te recuerdo –y hasta siento– en otras pieles. Diferencio su manera de respirar con la tuya. Diferencio su manera de dar cabezazos con la tuya. Diferencio su manera de ponerse cursi con la tuya. Y, aunque no negaré que me gusta ver otras formas, –al fin y al cabo es afecto sin coste– Prefiero las tuyas. En otras pieles encuentro, cariño y amor, pues todo humano quiere amar. Pero tu piel es la única piel donde reencuentro la mía. Quizás la novedad me seduce, la disposición al amor me seduce; una expresión cálida y un cuerpo bonito me seducen –como un cuadro fauvista: a pesar de mí. Pero no es sólo lo que me seduce lo que se queda dando vueltas en mis cierzos y olas toda la noche. También tu ausencia la tendencia de mi piel a recordarte aunque pasara una noche por una esquina de carmín. Seguramente, borracho; cachondo, pero borracho; melancólico y desarmado sonreiría. Tiraría el condón a la bas
Un blog de escritura. De letras que vuelan y no saben adónde. Pero te digo de corazón que todo tiene alma aquí.