ESCENA 1 SOLDADO. − ¿Otra vez, enfrentados? ¿Tú y yo? ¿Hasta cuando? (Pausa.) No sé qué manía tienen ahí fuera con que luchemos entre nosotros. Repetir todo el tiempo la misma batalla no va a hacer que termine la guerra. (Pausa.) Lima. ¿Lima? ¿Estás ahí? (Pausa.) Te recordaba más habladora hace un momento. (Pausa.) Hablas muy bien. Especialmente con la boca y con los puños. La técnica del Amorodio es tu especialidad, sin duda. (Recoge unos cartuchos de dinamita en una caja que también coge del suelo..) Apuntas al corazón, lo ablandas y lo abrazas. Y si te ves en peligro cortas con la misma gentileza la aorta y la cava. (Termina de recogerlos. Pausa.) Así la sangre sale y entra uniformemente. En cierta forma tu muerte da vida, porque nunca atraviesas la piel: no se escapa la sangre (Pausa. Mira a Lima. Mete los cartuchos en la caja, la cual coge y lleva consigo.) , lo único que pasa es que uno queda más sensible. Ahora, si me mueves mucho, el pecho se me amorata. Tengo que a
Un blog de escritura. De letras que vuelan y no saben adónde. Pero te digo de corazón que todo tiene alma aquí.