Ir al contenido principal

Diamante de brutos (décimas)

Cruces de diamante sobre
infantes de guardería.
Madres que no esperarían
a aquel pequeño inconforme.
Cruzado en brillos dispone
una ceguera infrahumana
al bienestar que reclama.
Y cuando toda luz va
esos tiernos ojos dan
una mirada alienada.

Es entonces cuando, pobre
de alma, el niño querría
-o niña- la simpatía
que se le niega, en orden
de dejar todo conforme.
Pero pobre sigue de alma
pues ya no le nutre nada.
Y cuanto más lejos, más
fuerte, distinto y cabal
se convierte en su crecida,

menos rico, más consorte
se vuelve su vacía
existencia. Niño o niña
nada importa. Es la vida
la que niega la salida
de la soledad, la nada,
el hartazgo y la cruzada
de brillos de diamante. Mas,
¿qué más podríamos dar
si esa vida está acordada?

Imagen de IraEm en Pixabay

Comentarios

Popular Posts

Compañero de Cama

No estoy seguro de quién me mira. No estoy seguro de quién me cura. Miro al aire y nadie mira. Miro al cielo y no me ayuda. El cielo es mi espanto en la penumbra pero mi salvador cuando es de día aunque es vano el sol que me deslumbra. Cuando cae la noche y el miedo alumbra me hago una pregunta que nunca diría: Si estoy tan solo y mi miedo me oculta, ¿Quién cuida y duerme con la luna? A lo mejor ella también se lo pregunta...

Follar para desnudarse

Follar siempre al menos una vez al menos desnudarnos una vez del todo para poder hablar, sobre-todo. Si te he desnudado y me has desnudado al menos una vez ya nada es tabú. Si ya te he desnudado y me has desnudado los complejos se quedan en la ropa y las excusas, líquidas, sobre la cama y de los quejidos sólo se oyen ya los ecos de los orgasmos y se ha disuelto el miedo hasta la ternura del abrazo. Si ya te he desnudado y me has desnudado al menos una vez ya nada es tabú y seguiremos desnudos al volver a vestirnos. Follar siempre al menos una vez para desnudarse una vez una última vez para nunca tener que volver a vestirnos. Imagen de mopiaoyao  en Pixabay  de ©Shathu Entayla

Oración al cansancio

Para poner en pausa el reloj de la máquina  y despertar con dulzura al espíritu. Para sentir el placer que da el tiempo sin cronómetro  el tiempo sin destino; el vivir en sí mismo. Para apreciar los minutos y sus segundos el continuo sin discretos y el corazón que nunca paró de latir. Para honrar al cansancio (¡oh cansancio!) que nos permite contemplar en vez de hacer; que nos permite sentir en vez de evitarnos; que nos permite jugar en vez de optimizar. Para que el tiempo sin sentido, dé sentido. Para no caer en la tentación  de darle uno. Para parar para sentir para apreciar para contemplar para jugar. Ahora oro para que el tiempo sólo sea tiempo. Kha feijôl. Imagen de Ola Dapo  en Pexels  de ©Shathu Entayla