Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2017

Juguemos a la paz (una disculpa)

Tengo la necesidad de decirte que te quiero. Que me agobias y te quiero a pesar de la ansiedad. Es culpa lo que ahora siento por decirte sin quererlo "no quiero" cuando sé que te quiero si no te quiero. El miedo es obligación, y verdugo de mi amor cuando, en momentos, contigo sobrevivir sí quiero, mas entre "contigo" y "vivir", lanzando el "contigo" al fuego, egoísta pero cobarde, sobreviviendo, prefiero vivir sin amor. Consuelo no me da ese pensamiento. Pues para mí no es consuelo que como precio a la paz tenga que pagar -pues es según Ansiedad, menester- todo aquello que yo quiero. Y aunque tú no seas todo lo que quiero -y me consta que no lo esperas de mí- yo, a veces, contra mí, yo mismo, a veces, lo espero: algo que no puedo dar y recibir yo no quiero; amor incondicional. Ni de tí, ni de mí hacia ningún de los dos lo espero. Pues, si no hay reglas del juego, ni a ganar, ni a peder, ni tú ni yo, jugarlo p

Tanto y tan poco

Arranco baldosas del metro. Por amor. Me desnudo. Por amor y sexo (ambas y a la vez). Huelo a soledad. Y eso no es por amor, sino por estupidez. (Por culpar al amor, quizá). Lloro. Por amor, pero no solo. Río. No mucho últimamente. Me hago pequeño en el aliento de alguien grande. Demasiadas veces. Aun con amor (aunque también con vacío). Me siento incomprendido. Como los artistas, que buscan que el mundo les comprenda creando cosas incomprensibles, que sólo otro artista comprende. Quizá por eso gusta el arte: porque es incomprensible y quien lo ve también es un incomprendido artista. A veces me planteo si el conocimiento es sólo otra forma de sentir. O si, el arte es una forma de conocimiento. Me siento efímero. Como los instantes, como dios: que sabes que existen y están, o que deberían, pero no pueden asirse. No sé si soy tan inútil que el tiempo se burla de mí, o soy yo el que, desbordado por mi propia genialidad, se burla del tiempo. Me siento tan efímero que me siento