Eres una gran balsa. Grande, pesada y redonda como el mundo. Una balsa que se mece sobre el agua, sobre la vida y el tiempo, y su quilla es irrompible. Se pega a los tsunamis. Pero no se hunde. Desvía los rayos y doma tiburones. Sé que si me tumbo en esa balsa nada malo puede pasarme nada malo nada de nada. Te conviertes en balsa cuando te abrazo, y para el tiempo. y cesan las bombas. y todo se aplaza. Pero, a veces, cuando te abrazo temo no poder hacerlo más. Pienso el día en que te vayas; que atraques para dejarme y no vuelva a verte; que me hagas abandonar el mar para siempre; que deje de poder enseñarte el rastro que dejo en la tierra como tú en el mar lo dejaste. Estos días pensar en lo inerte me persigue. Como el rayo al mar como el tiburón al barquero como el tiempo a ti. El tiempo hace todo agua. Porque somos agua. El tiempo siempre gana. Pero abrazarte… pero que seas mi balsa me hace olvidar que somos agua. Olvidar que las balsas no existen porque somos agua. Pero tú eres un
Un blog de escritura. De letras que vuelan y no saben adónde. Pero te digo de corazón que todo tiene alma aquí.