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Mostrando entradas de julio, 2015

Lo que ella me dijo

    Puedo escribir relatos tristes. Como llevo escribiéndolos años. Puedo llorar estrellas que se pierden en el río mientras me siento al borde de la cascada y hablo con ella en el único idioma que la naturaleza entiende.     Mi compañero de viaje al fin me alcanza, sofocado. Me coge de la pechera y ruge. La naturaleza calla. Me lanza su puño violentamente a la cara y salgo disparado. Puedo volar. Estoy volando sobre el hueco del acantilado. En un segundo empezaré a caer.    Mi compañero intenta agarrarme lanzando mi nombre en un grito, que se extiende como la onda de un paso del gigante de la muerte sobre la tierra. El segundo pasa. Mi cuerpo, como su la carne sin mi voluntad tuviese conciencia, acelera hacia abajo, siguiendo las gotas de agua que se precipitan veloces. Esto al principio, ocurre sutilmente. Tras ese segundo mi compañero me agarra de la camiseta, ansioso. Le miro un instante. Lo que tarda en moverse un ojo, o el cuello de un gorrión. Su cara parece de suricato cuando

Al fondo del bosque

    Cada tarde veo la misma baranda. La misma mariposa negra. La misma ventisca de polen. Una vez me dio tanta alergia que estornudé sangre varias veces. Martín estaba en el porche de la caseta junto a la baranda. Siempre miraba absorto al fondo del bosque, y a pesar de que se veía el fondo claramente y ni una sola ardilla trepaba las copas de los árboles, nunca pude adivinar qué miraba. Sólo le oí decir:       - Como una luciérnaga parpadeando a punto de morir.     Nunca he entendido a mi hermano. Ni siquiera cuando murió. Su cara era cadavérica. No me refiero a la cara de su cadáver, sino a su cara vivo; mi hermano desapareció sin más. Era como si fuese de piedra; como si al fondo de su boca guardase un nido de garrapatas y cucarachas. Eso era precisamente de lo peor que salía en una de mis peores pesadillas. Es de las que mejor recuerdo de la fecha cercana a su desaparición.     Luego me quedé sola. Mi padre me intentó violar y por ello acabó violando a mi madre. Días después mi