En el eco promiscuo de las calles de Madrid; entre la gran acústica de las paredes de Lavapiés que antes del alba altavocean todo susurro; entre ese eco artístico que sabe medir bien sus texturas sus silencios sus voces estoy yo. Y triste contemplo la vida. Y ella siempre me responde dulce por las noches. Pero me entran ganas de llorar… Cuando me arropas, vida. Y tú sólo sabes consolarme con ese eco. Una atmósfera color azul mostaza. Un empedrado de taconazos de agujas. La cola de sirena de una ambulancia. Un aire que orea vítores lejanos. A veces, con eso, lloro. Pero, vida… Vida mía. Tú que me das este regalo que despierta el alma. Tú también me pusiste triste. Sé consecuente con tus decisiones al igual que yo lo soy de vivirte cada segundo. Deja que esté triste y solo. No me hagas llorar con la belleza, por favor. Estoy bien perdido en el tiempo, en esta escalera de piedra. Por favor, no me hagas...
Un blog de escritura. De letras que vuelan y no saben adónde. Pero te digo de corazón que todo tiene alma aquí.