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Los felices años veinte de la generación Z

Hace cuarenta años
de los años ochenta
y hoy los rayos de sol
pesan.
Es extraño pensar 
que nací
en otro milenio.
Nunca pagué con pesetas.
Apenas usé VHS.
El internet ha estado siempre (?).

Los años veinte que empiezan
los compara mi cabeza
con la imagen que tengo
de los veinte del siglo pasado:
época gloriosa y de avances
cómo esta;
de culturas florecientes
como esta;
pero, ¿estaremos también
a diez años de una guerra?
Ya no sabemos qué es la guerra.

¿Qué red social cumplirá primera
los cien años?
¿Nos juzgarán tan retrógrados
a final de siglo
como nosotros les juzgamos?
¿A la gente le seguirá gustando
Super Mario? 
¿Cuándo dejarán las cosas
de mi tiempo
de sonar a mi tiempo?
¿A qué edad me atrapará este siglo?
¿Me atrapará
o creceré 
con los tiempos manteniendo 
joven mi espíritu?

¿Iré al espacio? ¿Seré un ciborg?
¿Qué cosas que admiramos
serán absurdas?
¿Qué creencias que tenemos
serán absurdas?
¿Qué preguntas
serán absurdas
en diez años?
¿Y en veinte?
¿Y en cien?
¿Y en mil?
¿En mil, 
habrá alguna pregunta interesante
de este poema?
¿Habrá alguna pregunta interesante?
¿Habrá alguna pregunta?
¿Habrá alguien?

¿Qué será de nuestra forma
 de ver el mundo?
¿Y del espíritu?
¿Qué será del espíritu?
¿Seguirá muerto Dios
en veinte años?
¿Se topará la ciencia
con sus fronteras definitivas?
¿Cómo morirán mis padres?
¿Serán longevos?
¿Quiénes de cuantos conozco
superarán esta década?
¿Superaré yo esta década?
¿Quién me importará
a final de esta década?

El capicúa que empieza
parece haber puesto
una cuenta atrás en mi cabeza
Pero me siento más vivo
y con más miedo
aunque no sé si hay ganas.

Nota para el futuro:
Nací 
en una generación
que no sabe aburrirse;
que no tiene tiempo
porque algoritmos
se lo roban.
Pero de motu propio.
¿Te sigue pasando a ti?
La hiperreal, la nada,
el misterio, la muerte
del espíritu...
¿Son estos, temas nuestros,
o de otra época?
¿Acaso hay algo nuestro?
A veces renunciaría a todo
porque hubiese un "nuestro"
que no sonase programado;
que me encienda el corazón
en vez de apagármelo;
que me haga ganar tiempo
y no sentir que lo gasto.
Dos, a veces, suman cero
en este tiempo.

Perdón por mi pesimismo...
Nací 
en este tiempo.


Imagen de Ohurtsov en Pixabay

NOTA CONTEXTUAL: la primera versión de este poema fue escrita a comienzos de año, antes de que en la mente de nadie existiese esas cosas tan pequeña llamada coronavirus. Quien lo edita, está empezando a salir a la calle cuando parece que le estamos ganando.

 de ©Shathu Entayla

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