Ir al contenido principal

Para mama

Hoy escribo amor con tinta de calma.
Hoy escribo amor de morada blanca
y paredes pintadas de salmón
que empapelamos los dos
en esta casa

Hoy, hace un sol entero
no veías ni papel ni salmón
ni estas paredes blancas.

Hoy, de veras, hoy
las cosas en casa, casan.

Como estos muebles, casan.
Como tus pies, que andan
ahora sobre tallada esperanza.
Sobre el parqué. Sobre calma.

Y de calma rellené mi tinta
y pinta fina, y diva marcha
sobre estas letras que no entiendes
 porque prefieres escucharlas,
¡y será hoy saciado tu anhelo
de tener un poema!
¡Demos fin a tu templanza!

Ahora, aquí, empieza el poema
de amor (de amor y calma)
y calma voz ha de tener
esta noche de bonanza,
calma, dicha, vida y alma.

A ti, barco cansado
de atracar en los años
que como viento de tormenta pasan.

A ti, voz de histrión,
voz belleza, voz que canta,
voz de rito, voz que baila,
voz de madre, voz de alma.

A ti, corazón herido
por balas hermanas del destino,
 por hermanos de tino y bala.
Decido por balas hermanarte
una familia a tu mirada.

A ti, voz de almohada,
voz conclusa, voz que calla
canalladas, voz que habla
con firmeza las pisadas
que declaran que amas,
que cuidas, que llamas
al afecto entre tus canas
blancas, suaves y arrugadas
como tus manos.

Manos despiadadas
que tu corazón venden
cada vez que amas.

Descansa ahora tus manos, mama,
que aunque no pase por casa,
esta de pared empapelada,
te llevo, sin pensarlo
en mi voz que canta,
en mi cuerpo que baila.
En mi voz belleza,
voz que nació de tus entrañas.

Voz de hijo, voz de alma
pero siempre menos alma
que la voz de madre a la que canta.

Cumple años, cumple calmas,
cumple vidas: las que salvas,
 cumple cantos, cumple danzas,
cumple llantos que no amargan.

Cumple años. Cumple, mama
y cúmplelos feliz
que la vida te llama,
y aunque no esté en casa
esta voz mía
que recita
necesita
tener tenerte, mama.

Te llaman mis ojos, no mi voz
cuando quiero que veas, rimadas,
mis historias agriamargas
de las que encuentras la dulzura
y lloras al destaparla.

Cumple cantos, cumple calma,
cumple pasos, cumple danzas.
Cumple feliz los años
y no dejes de cumplirlos, mama.

Madre E Hijo, Bebé, Sonrisas, Sonrisa, Niños, Cabrito
Fotografía de LisaLiza en Pixabay

Comentarios

Popular Posts

Un soneto de tres

Por hoy somos tres. Madre, padre e hijo. Aunque no siempre fuimos tres, pues fuimos cuatro. Luego el desahucio vivimos. Tres vivimos el vivir sin cobijo. Aquí somos tres. Madre, padre e hijo con vidas distintas que distinguimos viviéndolas. Juntos y no. Es un timo de envejecer y el tiempo, que no elijo. Y un día tres serán dos, y dos, uno. De pronto "juntos" pasará a ser "no". Y poco hay entre "juntos" y "ninguno". De un algo que estuvo y se marchó el uno que quede será el "alguno". Uno entre paredes de lo que amó. Imagen generada con Flash 2.0 (Google)  de ©Shathu Entayla

El espacio en que fui tuyo

Así me miras como si sólo fuera tuyo. como si mi carne y cómo respiro vivieran sólo en tus dominios, como si yo pudiera salir pero fuera quedarme lo que elijo. Me miras como vestida con un traje de prodigio  que dejan vida y libertad a un lado En el que elegí que ya no elijo. Me miras como si solo fuera tuyo. Me miras como si así siempre hubiese sido. Empiezas con uñas como espadas, y me pegas y, sin querer, grito y ese grito y que lo pares pido porque no quiero gritar más pues no gritar más es quitarme ya una libertad que ahora no preciso aunque es precisamente por libertad  (aunque sin parecer verdad) por lo que grito. Me miras como si me crearas  y yo te creo y te doy las gracias. Me cuidas cuando me atrapas. Me haces temerte cuando me amas. Y esas aguas contrarias, que me hacen a mi llorar otras aguas, flaquean el báculo de tus manos y viendo que me rompes, amenazas con parar el viaje hacia el espacio más cercano al ser sin ser hacia el que estábamos andando: a un tra...

Amores singulares, en plural

Y mirarte a los ojos y morirme de hambre por querer abrazarte por bailar en tus lirios. Porque yo codicio  almas con la piel y no es lo mismo que codiciar solo las pieles. Porque quiero el calor que dan y no la sangre que tienen. Porque un alma sin viajar  a ninguna piel pertenece. Yo pertenezco a quien me quiere. Y viajo de mí para tí. Quiero anidarme en tí  como el rocío a la tierra como el calor a la piedra como un romance en abril Quiero enternecerme en soñar tu cobijo. Quiero enternecerme en ti y eso elijo. Quiero que seas ese lugar donde perderme y bailar sin pasadizos. No sé quién serás, y no importa. Si me amares, es lo mismo. Pero luego te miraré reflejando tu amor porque, aunque para ser amado todo cariño es prolijo, tu color para amarme cambiará los ojos con que te elijo. Ven a besarme y a abrazarme y viajaré rápido al suicidio. Porque matarme por elegir amor no es más que vivirme en otro sitio. Ámame, que eso quiero. Que cuando falta, de amor, alivio todo los ...