Ya veo, por fin
el sol saliendo
tras muchas noches sin dormir;
sin estar durmiendo.
Ya lo veo, por fin, amaneciendo.
Ya siento, por fin
frescor de viento
tras cerrados zulos de Madrid,
de ciudad desierto.
Ya siento. Por fin, ya siento.
Ya escucho, por fin
algo latiendo:
¡Por ese corazón vívi
todo este tiempo!
Ya escucho, por fin, que estoy sintiendo.
Ya lenguo, por fin
sabor del tiempo;
que en cada segundo no hay mil,
que hay momentos.
Ya lenguo, por fin, cada aliento.
Ya huelo, por fin
todos mis miedos:
alegrías a punto de salir
que están durmiendo.
Ya huelo, por fin, que estoy viviendo.
Y mis sentidos
comienzan a estar dispiestos.
el sol saliendo
tras muchas noches sin dormir;
sin estar durmiendo.
Ya lo veo, por fin, amaneciendo.
Ya siento, por fin
frescor de viento
tras cerrados zulos de Madrid,
de ciudad desierto.
Ya siento. Por fin, ya siento.
Ya escucho, por fin
algo latiendo:
¡Por ese corazón vívi
todo este tiempo!
Ya escucho, por fin, que estoy sintiendo.
Ya lenguo, por fin
sabor del tiempo;
que en cada segundo no hay mil,
que hay momentos.
Ya lenguo, por fin, cada aliento.
Ya huelo, por fin
todos mis miedos:
alegrías a punto de salir
que están durmiendo.
Ya huelo, por fin, que estoy viviendo.
Y mis sentidos
comienzan a estar dispiestos.
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Imagen de Martin Fisch de Flickr |

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