Ir al contenido principal

El Astronauta (I) - "La Travesía"

Hace mucho, demasiado tiempo que he perdido el sentido de mi vida. Llevo volando y viajando con un pequeño cometa a cuestas desde que puedo recordar. Hace miles de años que busco un lugar para vivir y una razón por la que hacerlo. Es extraño, normalmente los seres vivos mueren al cabo del tiempo, y yo sin embargo, no puedo ni envejecer, si quiera me hace falta alimentarme.

Estoy en un sistema solar nuevo; es el tercero que piso en cincuenta mil años: los viajes suelen ser muy largos. Me divierto rompiendo asteroides y bailando con pequeños cometas que surcan los confines del espacio estrellado y frío. Me encanta el agua, aunque sólo la recuerdo en sueños, no he visto nunca, en mi larga travesía, agua líquida en ningún planeta o satélite.

Es extraño, este sistema solar en el que me encuentro me resulta familiar, ese sol del centro me recuerda a algo... Sin embargo lo recuerdo más amarillo de lo que lo está ahora, me encuentro en un pequeño planetoide, muy alejado de ese sol que describo, es frío y gris, sin vida.

¿Qué es eso? Un planeta azul. Voy a echar un vistazo. Es de gas, que pena, con lo bonito que era; no me puedo acercar. Hay otro planeta unos miles de kilómetros más adelante, muy parecido a este, pero tiene un anillo. Es divertido, pero el hielo que tiene corta un poco.

Voy a avanzar, me pica mucha curiosidad saber porqué me suena esa estrella del centro...

¡Espera! ¡Qué pasada! Ese planeta de gas es enorme, y el anillo es precioso. Ese amarillo que tiene...,más bien es entre negro y amarillo, y es genial; nunca había visto uno igual, este tiene unos satélites mucho más extraños que los otros planetas (hay uno plateado que me ha dejado embobado).

¡Hala! Este sí que es grande, y tiene una mancha roja rarísima. Mejor no me acerco, a ver si me va a succionar o algo...

¡¡DIOS!! ¡Qué de asteroides! Están muy lejos unos de otros pero... son enormes.

¡Este planeta me suena! ¡Qué pena!... Es un pequeño planeta rojo y muerto, qué oscuro aire se respira de él...

¡No puede ser! ¿¡Eso es... AGUA!? Imposible... ¡Qué precioso planeta! Lo siento solecito, tendrás que esperar...

Qué pena de planeta... Estoy seguro de que, antaño, ha tenido que ser precioso. Está toda la tierra junta. Por las cordilleras diría que se acaban de unir hace no muchos miles de años. Si bien es cierto que el agua la hace preciosa, esta tierra árida y sin vida, deja bastante que desear.

En fin... ¡VOY AL AGUA! Nunca la había visto líquida -aunque el caso es que me suena...-.

Está muy bien estar en el agua, pero no me gusta mucho: me siento sólo... ¡Qué tontería! ¡Si siempre lo has estado, hombre!

Este sistema solar no deja de sorprenderme... Ahora encuentro una estructura artificial al lado de una playa. Parece antiquísima. Es muy parecida a los puertos de los cohetes que ví hace miles de años, ¿pero para "cohetes de agua", quizás...?

Voy a ver qué hay por allí. ¡No puede ser! Debo de ver mal... Hay una chica sentada al lado de un árbol a boca de playa. ¿Una chica, he dicho? ¿Qué es eso? Parece como yo...

Comentarios

Popular Posts

Un soneto de tres

Por hoy somos tres. Madre, padre e hijo. Aunque no siempre fuimos tres, pues fuimos cuatro. Luego el desahucio vivimos. Tres vivimos el vivir sin cobijo. Aquí somos tres. Madre, padre e hijo con vidas distintas que distinguimos viviéndolas. Juntos y no. Es un timo de envejecer y el tiempo, que no elijo. Y un día tres serán dos, y dos, uno. De pronto "juntos" pasará a ser "no". Y poco hay entre "juntos" y "ninguno". De un algo que estuvo y se marchó el uno que quede será el "alguno". Uno entre paredes de lo que amó. Imagen generada con Flash 2.0 (Google)  de ©Shathu Entayla

Amores singulares, en plural

Y mirarte a los ojos y morirme de hambre por querer abrazarte por bailar en tus lirios. Porque yo codicio  almas con la piel y no es lo mismo que codiciar solo las pieles. Porque quiero el calor que dan y no la sangre que tienen. Porque un alma sin viajar  a ninguna piel pertenece. Yo pertenezco a quien me quiere. Y viajo de mí para tí. Quiero anidarme en tí  como el rocío a la tierra como el calor a la piedra como un romance en abril Quiero enternecerme en soñar tu cobijo. Quiero enternecerme en ti y eso elijo. Quiero que seas ese lugar donde perderme y bailar sin pasadizos. No sé quién serás, y no importa. Si me amares, es lo mismo. Pero luego te miraré reflejando tu amor porque, aunque para ser amado todo cariño es prolijo, tu color para amarme cambiará los ojos con que te elijo. Ven a besarme y a abrazarme y viajaré rápido al suicidio. Porque matarme por elegir amor no es más que vivirme en otro sitio. Ámame, que eso quiero. Que cuando falta, de amor, alivio todo los ...

El espacio en que fui tuyo

Así me miras como si sólo fuera tuyo. como si mi carne y cómo respiro vivieran sólo en tus dominios, como si yo pudiera salir pero fuera quedarme lo que elijo. Me miras como vestida con un traje de prodigio  que dejan vida y libertad a un lado En el que elegí que ya no elijo. Me miras como si solo fuera tuyo. Me miras como si así siempre hubiese sido. Empiezas con uñas como espadas, y me pegas y, sin querer, grito y ese grito y que lo pares pido porque no quiero gritar más pues no gritar más es quitarme ya una libertad que ahora no preciso aunque es precisamente por libertad  (aunque sin parecer verdad) por lo que grito. Me miras como si me crearas  y yo te creo y te doy las gracias. Me cuidas cuando me atrapas. Me haces temerte cuando me amas. Y esas aguas contrarias, que me hacen a mi llorar otras aguas, flaquean el báculo de tus manos y viendo que me rompes, amenazas con parar el viaje hacia el espacio más cercano al ser sin ser hacia el que estábamos andando: a un tra...