Ir al contenido principal

Lidio

No siento nada de cuanto ha pasado
y permanezco solo, aquí sentado
sólo a un metro de un vacío empedrado
junto a más de mil sueños derramados.

El sol quema mis ojos y han anhelado
no ver a cuantos cuerpos han matado
deseando que salga la luna en vano
y morir con quien la haya sacado.

Desde mi techo todo ha terminado.
Y están mis pies que nunca han caminado
y creen creer que siempre han soñado
cuando jamás una huella han plantado.

Sólo me queda dar un sólo paso
que es seguir a quien la luna ha sacado:
morir esperando que me usen de arado
y al menos mis huellas haber dejado

Aquí estoy, en este techo empedrado
y este techo sobre el suelo asfaltado.
Sólo queda yerma que ha dominado
en odio que no fue remediado.

Caeré sobre los cuerpos incendiados.
Yaceré con mi familia y hermanos.
Mi nicho serán mis sueños en vano.
Que engendrarán hierba en un nuevo prado.

Cuando no exista más suelo asfaltado
Cuando no haya más cuerpos enterrados
Acabará esta lucha entre soldados
que jamás tuvo que haber empezado.

Comentarios

Popular Posts

Cacatúa (poema-calambur)

¡Caca tuya, cacatúa…! Cacareas cacas, rea… ¡Cacatúa! ¡Cacarea! Carámbanos vanos, cacatúa, es lo que sale de tu cacareo. Rea de cacas tuyas eres, cacatúa. Rea de tus deseos. Sueñas cacatúa, cacas tuyas. ¡Cacarea! ¡Rea! ¡Cacarea tus deseos! ¡Carámbanos de sueños ¡Vanos anhelos! Cacas tuyas, cacatúa son tus cacareos ¡Cacatúa! ¡Caca túa! ¡Túa! ¡Caca rea son tus sueños! Imagen libre de Wikipedia Sátira poética a la vanidad de

La bandera

Cada vez que te abrazo, muchas cosas me pasan. Siempre mis manos a tus largos bosques se lanzan y cuando te acarician se enganchan en sus ramas. Bajo esas largas ramas siempre encuentran tu espalda. Planean en los surcos de tu piel, como emplumadas como sin peso, y aterrizan en tu piel de nácar. Y pecho y pecho. Mejilla y mejilla. Juntadas, tras del aterrizaje, como visagras. Como si en pulso y rubor se juntara el alma. y que los pulsos y rubores se contagiaran. El contagio, en un desliz voluntario, atrapa de improviso los pares de labios que, aunque escapan de la atadura del pulso y rubor, no se marchan. Y en un vaivén, los labios atados, se desatan y el aire vuela, vuela y vuela entre las visagras. Pero aunque vuela, cambia y baila, luego se apaga y solamente el silencio suena, labios en calma. Y al abrir los ojos, y reenfocar la mirada veo tu cara, el rostro precioso al que besaba. Ese rostro. Un rostro que es una bandera izada sobre el mástil de un cuerpo de una belleza franca. Un

Compañero de Cama

No estoy seguro de quién me mira. No estoy seguro de quién me cura. Miro al aire y nadie mira. Miro al cielo y no me ayuda. El cielo es mi espanto en la penumbra pero mi salvador cuando es de día aunque es vano el sol que me deslumbra. Cuando cae la noche y el miedo alumbra me hago una pregunta que nunca diría: Si estoy tan solo y mi miedo me oculta, ¿Quién cuida y duerme con la luna? A lo mejor ella también se lo pregunta...