Ir al contenido principal

Ventana Opaca

Acabé de cenar y entré en mi habitación, como todas las tardes, y como todas las noches, sabiendo que era poco probable que volviese al salón donde había cenado y donde estaban mis padres.
Encendí la luz de la lámpara de mi habitación, la del escritorio. Luego le di a otro. La pantalla se iluminó frente a mí, contrastando con las sombras que había en mi habitación a estas horas de la noche, precisamente, por las luces que yo mismo había encendido. 
Después levanté el visillo y subí la cortina, como siempre, para no sentirme encerrado, aunque me estuviese engañando a mí mismo. Por la ventana veía todo difuso pues, dentro de mi habitación, había demasiada luz y esta cubría mi visión más allá de ella.
Yo seguí a lo mío, escribiendo en el ordenador y chateando en las redes sociales. Pero me di cuenta de que algo no iba bien. Miré a la ventana y vi mi propio reflejo. La luz, a oscuras, convertía el cristal en espejo, parcialmente.
Apagué las luces y miré por la ventana al ver qué fallaba.
Veía el patio interior del edificio. En él había dos balcones, uno cubierto y otro cerrado, que formaban parte de dos casas distintas, una opuesta a mi ventana, y otra contigua a las dos. La primera cubierta tras una verja de mimbre bien tejido, la otra, al descubierto, con un borde alto de hormigón.
Todo estaba como siempre, pero sentía que me faltaba algo. Que a través de la ventana faltaban cosas. No veía las luces de las casas, y me causaba inquietud. No eran más que las once de la noche, y siempre hay luces encendidas a estas horas. Esa noche veía que sólo estaba encendida la de mi casa, que no era si quiera la de mi habitación: sólo la de mis padres. 
Sonreí un poco.
Estuve tentado de preguntarles sobre el vecindario, pero ellos no les conocían así que, volví a encender las luces, al percatarme de que había dejado sin contestar varias conversaciones. La luz me deslumbró, dilatando mis pupilas. Se me quedaron esas típicas marcas que se quedan en los ojos cuando salen de la oscuridad, como una luz que pretende hacerse notar de alguna forma.
Volví a mirar al cristal de mi ventana.
Vi de nuevo mi reflejo. Me veía nítido, pero apenas veía lo que había estado observando antes. Como si ya no importase.
Estuve un rato pensando, de una forma sutil pero agresiva mientras hablaba con mis amigos en el ordenador.
Después de algo de indiferencia decidí apagar las luces de mi habitación, mirando de nuevo a la ventana. Los edificios tras ella seguían en penumbra.
Luego fui al salón a preguntar a mis padres sobre el vecindario.



Comentarios

Popular Posts

Compañero de Cama

No estoy seguro de quién me mira. No estoy seguro de quién me cura. Miro al aire y nadie mira. Miro al cielo y no me ayuda. El cielo es mi espanto en la penumbra pero mi salvador cuando es de día aunque es vano el sol que me deslumbra. Cuando cae la noche y el miedo alumbra me hago una pregunta que nunca diría: Si estoy tan solo y mi miedo me oculta, ¿Quién cuida y duerme con la luna? A lo mejor ella también se lo pregunta...

Cacatúa (poema-calambur)

¡Caca tuya, cacatúa…! Cacareas cacas, rea… ¡Cacatúa! ¡Cacarea! Carámbanos vanos, cacatúa, es lo que sale de tu cacareo. Rea de cacas tuyas eres, cacatúa. Rea de tus deseos. Sueñas cacatúa, cacas tuyas. ¡Cacarea! ¡Rea! ¡Cacarea tus deseos! ¡Carámbanos de sueños ¡Vanos anhelos! Cacas tuyas, cacatúa son tus cacareos ¡Cacatúa! ¡Caca túa! ¡Túa! ¡Caca rea son tus sueños! Imagen libre de Wikipedia Sátira poética a la vanidad de

Flores en el asfalto

Hay personas que duelen  de lo que alivian que matan las nubes de tormenta que apartan las aguas negras; esas con hábito de vorágines que nunca cesan. Hay personas que devuelven el brillo al alma el edén al fruto la esencia a la esencia y la enrutan y la soterran para que crezca justo así en vertical para que seas  como la flor que brota del asfalto como el pájaro que descansa en la catenaria como la pausa de paz en el bombardeo; para que seas. Hay personas que habitan  tu piel y te dejan la suya; que apartan la ciudad y, en sus escombros, te encuentran. Ojalá vivir más  en esas personas dolorosas devolvedoras, habitantes y encontrosas. Ojalá vivir más en quien ama con belleza Ojalá vivir más y que el más que viva sea con ellas. Modificación de una imagen de PhilippLE  en Pixabay Dedicado a La Tribu de los Idos, especialmente a Esther, Leyre, Sara, Karina y Buda  de ©Shathu Entayla