Hoy.
Hoy soy...
Hoy soy un alma...
Hoy soy un alma con puntos suspensivos...
Puntos...
Puntos tras los que no va nada...
Sólo silencio. Sólo sequedad en la piel...
Sólo añoranza sin objeto. A veces si sentido...
Es difícil saber qué va detrás de puntos suspensivos
sobretodo cuando el miedo es el enemigo
del escritor que intenta rellenar los huecos vacíos.
No siempre hay respuestas claras. Nunca las hay.
Solo silencio en el recuerdo, paz en el silencio,
Hábitos cabizbajos que sucumben al llegar la soledad para mirar el cielo,
en el que, siendo acorde con el sentimiento,
se busca en la olvidada inmensidad del firmamento
la respuesta para una pregunta que nunca se he hecho.
El intimismo corrompe, impone y luego se desvanece.
La mejor descripción de un sentimiento, es la que te da la empatía.
No hay letras suficientes, quizá se me hayan acabado, o no tenga ganas.
Sólo sé que sé que necesito algo en concreto, pero no sé concretarlo.
Eso hace que me esté quedando ciego,
y temo darme de bruces contra el suelo
por haber estado siempre cayendo y no andando.
Estás son las tristezas que van tras unos puntos suspensivos
pero ellas son sólo lo que mi alma es hoy. Sólo hoy.
Oscuros desahogos. Nada más.
Solo eso va tras puntos suspensivos.
Sólo nimiedades son los puntos suspensivos.
Ya no tiene sentido que siga escribiendo esto,
ni siquiera el anterior verso.
Pero ya he escrito dos desde que he dicho
que no tiene sentido seguir escribiendo.
Quizá porque escribir ya no tenga sentido,
o el hecho de que escribir ya no tenga sentido
lo haga digno de intentar tenerlo...
En fin...
Todo esto es tan poco importante como los puntos suspensivos.
Todo este escrito son puntos suspensivos.
Hoy soy un alma con demasiados puntos suspensivos...
Hoy soy un alma con puntos suspensivos...
Hoy soy un alma...
Hoy soy...
Hoy...
(Sólo hoy...)
Hoy soy...
Hoy soy un alma...
Hoy soy un alma con puntos suspensivos...
Puntos...
Puntos tras los que no va nada...
Sólo silencio. Sólo sequedad en la piel...
Sólo añoranza sin objeto. A veces si sentido...
Es difícil saber qué va detrás de puntos suspensivos
sobretodo cuando el miedo es el enemigo
del escritor que intenta rellenar los huecos vacíos.
No siempre hay respuestas claras. Nunca las hay.
Solo silencio en el recuerdo, paz en el silencio,
Hábitos cabizbajos que sucumben al llegar la soledad para mirar el cielo,
en el que, siendo acorde con el sentimiento,
se busca en la olvidada inmensidad del firmamento
la respuesta para una pregunta que nunca se he hecho.
El intimismo corrompe, impone y luego se desvanece.
La mejor descripción de un sentimiento, es la que te da la empatía.
No hay letras suficientes, quizá se me hayan acabado, o no tenga ganas.
Sólo sé que sé que necesito algo en concreto, pero no sé concretarlo.
Eso hace que me esté quedando ciego,
y temo darme de bruces contra el suelo
por haber estado siempre cayendo y no andando.
Estás son las tristezas que van tras unos puntos suspensivos
pero ellas son sólo lo que mi alma es hoy. Sólo hoy.
Oscuros desahogos. Nada más.
Solo eso va tras puntos suspensivos.
Sólo nimiedades son los puntos suspensivos.
Ya no tiene sentido que siga escribiendo esto,
ni siquiera el anterior verso.
Pero ya he escrito dos desde que he dicho
que no tiene sentido seguir escribiendo.
Quizá porque escribir ya no tenga sentido,
o el hecho de que escribir ya no tenga sentido
lo haga digno de intentar tenerlo...
En fin...
Todo esto es tan poco importante como los puntos suspensivos.
Todo este escrito son puntos suspensivos.
Hoy soy un alma con demasiados puntos suspensivos...
Hoy soy un alma con puntos suspensivos...
Hoy soy un alma...
Hoy soy...
Hoy...
(Sólo hoy...)
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