Ir al contenido principal

El Tren

"Me encontraba viajando sólo en un tren hacia algún lugar que no recuerdo. Mi cabeza cabizbaja se concentraba en escuchar los suaves chirridos de las ruedas del tren desde dentro, que me calmaban. Necesitaba algo. Algo que me hiciese despertar de mi mismo. Algo en lo que pudiese guarecerme después. 

No sabía bien el qué.

En aquel momento, tras unos inesperados segundos de mente muerta -sin pensamientos- miré mi brazo. Con ello mi mente volvió a renacer de nuevo. ¿Qué vi en mi brazo? La pulsera que me regalaste.

En ese momento pensé: "Ojalá la siguiente estación se llamase como tú". Inocente de mi, cuando llegaba a la siguiente estación, mire por la ventanilla al letrero electrónico que decía el destino de la línea de tren. Quedé perplejo, parecía que alguien me había escuchado. 
Exacto. Apareció tu nombre. Fue en este instante en el que olvide mi destino inicial, pues el que me deparaba ahora era mucho más importante. 

Cuando volví la cabeza hacia dentro del tren, me picó la curiosidad de ver si los mapas de dentro del tren también habían cambiado. Sorprendido (algo falazmente en realidad) vi que así era.

Sólo tuve que esperar pacientemente a llegar a la estación, en la que estabas. Allí te vi: en frente del tren... ¿Cómo? ¡Oh no! ¡La estación eres tú! ¡¡La estación eres TÚ!! No puede ser. ¡¿Qué haces en medio del andén?! ¡NO! ¡Sal de ahí! ¡¡NO!!"

Y esto fue lo que soñé contigo, cielo. Sé que quizá te parecerá macabro o poco dulce que te lo cuente, pero no lo haría sin una buena razón, ¿y cuál es? Porque con ese sueño, me di cuenta de dos cosas: de que no soportaría que te pasase algo -y aun menos que fuese por mi culpa-, y de que prefiero que viajes conmigo en el tren a que únicamente te encuentre por uno de los andenes que transite en mi vida. Porque, cielo, prefiero tenerte como "trayecto" más que como "destino", y más que como un "trayecto", como un camino (y esta vez no hacen falta comillas).

Comentarios

Popular Posts

Flores en el asfalto

Hay personas que duelen  de lo que alivian que matan las nubes de tormenta que apartan las aguas negras; esas con hábito de vorágines que nunca cesan. Hay personas que devuelven el brillo al alma el edén al fruto la esencia a la esencia y la enrutan y la soterran para que crezca justo así en vertical para que seas  como la flor que brota del asfalto como el pájaro que descansa en la catenaria como la pausa de paz en el bombardeo; para que seas. Hay personas que habitan  tu piel y te dejan la suya; que apartan la ciudad y, en sus escombros, te encuentran. Ojalá vivir más  en esas personas dolorosas devolvedoras, habitantes y encontrosas. Ojalá vivir más en quien ama con belleza Ojalá vivir más y que el más que viva sea con ellas. Modificación de una imagen de PhilippLE  en Pixabay Dedicado a La Tribu de los Idos, especialmente a Esther, Leyre, Sara, Karina y Buda  de ©Shathu Entayla

Follar para desnudarse

Follar siempre al menos una vez al menos desnudarnos una vez del todo para poder hablar, sobre-todo. Si te he desnudado y me has desnudado al menos una vez ya nada es tabú. Si ya te he desnudado y me has desnudado los complejos se quedan en la ropa y las excusas, líquidas, sobre la cama y de los quejidos sólo se oyen ya los ecos de los orgasmos y se ha disuelto el miedo hasta la ternura del abrazo. Si ya te he desnudado y me has desnudado al menos una vez ya nada es tabú y seguiremos desnudos al volver a vestirnos. Follar siempre al menos una vez para desnudarse una vez una última vez para nunca tener que volver a vestirnos. Imagen de mopiaoyao  en Pixabay  de ©Shathu Entayla

Oración al cansancio

Para poner en pausa el reloj de la máquina  y despertar con dulzura al espíritu. Para sentir el placer que da el tiempo sin cronómetro  el tiempo sin destino; el vivir en sí mismo. Para apreciar los minutos y sus segundos el continuo sin discretos y el corazón que nunca paró de latir. Para honrar al cansancio (¡oh cansancio!) que nos permite contemplar en vez de hacer; que nos permite sentir en vez de evitarnos; que nos permite jugar en vez de optimizar. Para que el tiempo sin sentido, dé sentido. Para no caer en la tentación  de darle uno. Para parar para sentir para apreciar para contemplar para jugar. Ahora oro para que el tiempo sólo sea tiempo. Kha feijôl. Imagen de Ola Dapo  en Pexels  de ©Shathu Entayla