Ir al contenido principal

Que Levante la Mano quien me Acompañe

¿Quién me acompaña? Mejor dicho: ¿quién me acompañaría sin decir a dónde? Todo el mundo quiere saber el porqué de todo. Los motivos, las causas y sus correspondientes consecuencias. ¿Quién es valiente?

¿Por qué me ha tocado vivir en una sociedad de cobardes en la que nadie lucha por nada, lo intenta y se rinde, o se deja llevar por sus sentimientos efímeros sin llegar a nada? ¡Odio vivir entre gente así, como muchos de vosotros! La gente se queja de sus penas. La gente aprende poco de sus errores. La gente sufre. Y yo pregunto, ¿quién les ha dicho que no puedan hacer otra cosa son sus vidas? ¿Quién les ha manado ser unos cobardes?

¿Os sentís insultados? Bien, al menos así tendréis una razón por la que hacer algo, aunque sea odiarme. Odiadme si eso os da libertad. Dejad de leerme, incluso pero, permitidme que esté harto, pues, mientras yo vivo encerrado en esta mierda de sociedad, la gran mayoría de las personas que están en ella, no tienen un sueño que cumplir, y si lo tienen, no creen en sí mismos lo suficiente como para realizarlo. En este absurdo antro vacío de esperanza en el que he nacido, casi nadie consigue lo que quiere. Todo es difícil. "Hay que ser realista" ¿Hay que ser realista? Con perdón, ¡y una mierda!

Dicen que los artistas somos gente increíble. A mi a mi edad, sin casi nada andado, ya han llegado a admirarme de muchísimas maneras. No es que no me guste, pero, cuando digo que la gente puede hacer lo mismo que yo, es por algo, bueno... En realidad no podéis, no voy a ser hipócrita, porque la diferencia entre los científicos que se tiran horas diarias para sacarse una oposición que dura uno o dos días; los políticos buenos que hacen su trabajo bien hecho sin importarles nada estar bajo las dictaduras de los que gobiernan; los artistas que luchamos por vivir de lo que tenemos en nuestra forma de ser: el arte, y lo llevamos a cabo; la gente que da sus sueños por mantener una familia, y lucha día a día por sobrevivir; o la gente que no pierde la esperanza en su futuro y acude a manifestaciones aunque estas no surtan ningún efecto, hay una sutil diferencia.

¿Cuál es? La voluntad. El querer hacer las cosas. El querer conseguir una meta sin importar las consecuencias, sólo para construir una vida basada en lo que se espera de ella. Esto amigos, me temo, que es algo que no tiene todo el mundo, pero, en gran medida, porque que no lo quiere de verdad.

Y sabéis, la voluntad es una de las cosas que aprendemos madurando desde pequeños. Es una lástima que se olvide una habilidad como esta tan temprano. Es una verdadera lástima...

Que se dé por aludido quien lo haga. Obviamente, esto no va para todo el mundo. Esto sólo para la gente que se queja de lo que le cuesta. No siempre habrá camino, pero alguna oportunidad habrá de construirlo, aunque sea piedra a piedra.

¡Aclamo a todos aquellos que hacen lo que dicta su voluntad, ya sea esta ser famoso, triunfar con unos estudios o mantener una familia!

Comentarios

Popular Posts

El espacio en que fui tuyo

Así me miras como si sólo fuera tuyo. como si mi carne y cómo respiro vivieran sólo en tus dominios, como si yo pudiera salir pero fuera quedarme lo que elijo. Me miras como vestida con un traje de prodigio  que dejan vida y libertad a un lado En el que elegí que ya no elijo. Me miras como si solo fuera tuyo. Me miras como si así siempre hubiese sido. Empiezas con uñas como espadas, y me pegas y, sin querer, grito y ese grito y que lo pares pido porque no quiero gritar más pues no gritar más es quitarme ya una libertad que ahora no preciso aunque es precisamente por libertad  (aunque sin parecer verdad) por lo que grito. Me miras como si me crearas  y yo te creo y te doy las gracias. Me cuidas cuando me atrapas. Me haces temerte cuando me amas. Y esas aguas contrarias, que me hacen a mi llorar otras aguas, flaquean el báculo de tus manos y viendo que me rompes, amenazas con parar el viaje hacia el espacio más cercano al ser sin ser hacia el que estábamos andando: a un tra...

Recuerdos como noches

Cuando la noche se asienta, cuando el día se termina, cercan los horizontes de mis ojos los recuerdos. Esos que veo junto a la estela de mis pasos. Cuando la noche se asienta y su silencio se posa afloran pensamientos en mi mente: los recuerdos  a los que temo. Junto a la estela de mis pasos. Porque mis recuerdos se me aferran como a la piel, cicatrices, como a la retina, luz como al esperar, el tiempo. Puede ser que sean bellos esos recuerdos. Aún me inquietan. Hay carcasas bellas con adentros feos. Porque mis recuerdos se me aferran como la corriente al nervio, como la mano al puñal, como el párpado a lo visto. Y sé bien perderme en ellos —en los recuerdos que son veneno— incluso más que en todos mis pasos mismos. Imagen hecha con Leonardo AI  de ©Shathu Entayla

Un soneto de tres

Por hoy somos tres. Madre, padre e hijo. Aunque no siempre fuimos tres, pues fuimos cuatro. Luego el desahucio vivimos. Tres vivimos el vivir sin cobijo. Aquí somos tres. Madre, padre e hijo con vidas distintas que distinguimos viviéndolas. Juntos y no. Es un timo de envejecer y el tiempo, que no elijo. Y un día tres serán dos, y dos, uno. De pronto "juntos" pasará a ser "no". Y poco hay entre "juntos" y "ninguno". De un algo que estuvo y se marchó el uno que quede será el "alguno". Uno entre paredes de lo que amó. Imagen generada con Flash 2.0 (Google)  de ©Shathu Entayla