Ir al contenido principal

Los Gemelos

Hace tiempo conocí a alguien del que me habían separado de pequeño. Me habían hablado de él muchas veces, pero yo solía odiarle, quizá por esa pesadez. El caso es que resultó ser mi hermano gemelo.

Pero, un día, sin saber cómo, me subí a un escenario y empecé a hablar con él. Le tenía en mi cabeza. Sabía que no era del mismo mundo que yo, pero ahí le tenía, opinando y aconsejándome. Me dio pautas de actuación y me dijo cómo tenía que actuar. A mi. El que hasta hace un año odiaba el teatro. 

Siempre le imaginaba vestido como aquella persona que tenía que interpretar. Es más; él era el personaje al que interpretaba. 

No tardamos mucho en hacer un trato. Llegamos al acuerdo de hacer como dos gemelos que se cambian de clase para no asistir a una de ellas. En este caso, la clase era mi cuerpo. 

En efecto, el personaje usaba mi cuerpo de recipiente para poder hacer de sí mismo de nuevo. Algo de mi Yo real, quedaba, sino, ya no sería yo.

Me empecé a llevar muy bien con él. Nos hicimos amigos, aunque, la verdad, era muy mala persona. Bueno... Digamos que en el mundo del arte, hay conflictos, pero no deja de haber arte. En estos términos los sentimientos se superponen a la propia personalidad y, no existen sentimientos realmente impuros del todo. Además, él necesitaba cumplir su trato, y yo actuar. Era una simbiosis bastante igualitaria y justa. 

Llegó el momento, por fin, de hacer el "cambio de clase" definitivo. Era hora de actuar. 

Había una cosa muy importante en este trato. Él no tenía más que una vida ya vivida y con sentimientos invariables, por tanto, no podía más que sentirse a si mismo. Lo bueno: que yo si podía. Podía sentir lo mismo que él.

Este sentimiento era un auténtico vicio. El problema, es que es un vicio finito. Termina con la última actuación.

En la última actuación, me dijo. "Esta será la última vez que nos veamos".Yo le contesté con una sonrisa.

Eso pasó. Se fue. No volví a verle más. Lo último que me dijo fue: "No te preocupes por mi. Has conseguido darme vida de nuevo, y eso me sacia, tanto como a ti sentirme. Eres actor; tendrás la oportunidad de revivir a más personajes de otros mundos, y resucitar a gente del pasado. Eres uno de los elegidos que son capaces de viajar entre el mundo de los sueños y la realidad. ¡Qué grande el ser un artista!

En cualquier caso, nunca olvides que tú eres el medio y el fin y, si por algo estamos aquí hablando, es porque hay un público, que ambos nos da vida, pero eso es sólo el motor que mueve al medio.

Lo realmente importante es que, aunque yo me vaya y no vuelva a verte nunca, no significa que nuestro trato haya terminado. Es más, sólo acaba de empezar.

¿Quién sabe?. Quizá podamos vernos algún día. A lo mejor el mundo de los sueños y el real, no es tan distinto

Adiós, hermano. Tenme en tu memoria siempre, pero nunca olvides tenerme en parte de tu alma".

Tras esto, no volví a verle. Ni a él, ni todos esos hermanos gemelos que me cambiarían el alma en el escenario después de él.

Se equivocó en lo de vernos algún día pero hay una cosa en la que no se equivocó:
No hay tanta distancia entre el mundo real y el mundo de los sueños.

De hecho, no hay ninguna...

Comentarios

Popular Posts

Amores singulares, en plural

Y mirarte a los ojos y morirme de hambre por querer abrazarte por bailar en tus lirios. Porque yo codicio  almas con la piel y no es lo mismo que codiciar solo las pieles. Porque quiero el calor que dan y no la sangre que tienen. Porque un alma sin viajar  a ninguna piel pertenece. Yo pertenezco a quien me quiere. Y viajo de mí para tí. Quiero anidarme en tí  como el rocío a la tierra como el calor a la piedra como un romance en abril Quiero enternecerme en soñar tu cobijo. Quiero enternecerme en ti y eso elijo. Quiero que seas ese lugar donde perderme y bailar sin pasadizos. No sé quién serás, y no importa. Si me amares, es lo mismo. Pero luego te miraré reflejando tu amor porque, aunque para ser amado todo cariño es prolijo, tu color para amarme cambiará los ojos con que te elijo. Ven a besarme y a abrazarme y viajaré rápido al suicidio. Porque matarme por elegir amor no es más que vivirme en otro sitio. Ámame, que eso quiero. Que cuando falta, de amor, alivio todo los ...

El resquebrajo

Y de pronto el resquebrajo que ya sentía sólo sirve para acabar de romperme, y los pedazos de mí se clavan en mi capacidad de dormir, de sonreír y de querer la vida. Yo, que siempre fui la Antígona que va a morir por lo que le importa pero que se desnuda para sentir el aire frío y sentir que está viva. Yo, la Antígona, que muere cuando su hermano muere por segunda vez, está vez en el destierro de su cadáver. Yo, como ella, muero. La vitalidad de Antígona se va en su muerte. Su muerte es su muerte. Pero mi muerte es la vida.  El resquebrajo es como un desprendimiento: había indicios, pequeñas señales que el monte iba a caerse, pero de repente se cae, y parece que nunca hubo aviso. O que daba igual que lo fuera, porque era inevitable. Parece un capricho de Dios. Parece que no había nubes de tormenta. Pero, de repente, todo es barro, todo es polvo. Todo es hiel. El resquebrajo ya no es tal. Ya estoy roto. Como están rotas las conchas de mar llevadas por el agua. Como el mimbre cuando ...

Tener libido es de aliens

Leo una novela erótica. Me enternece la complicidad. Se ponen a follar. Me pongo nervioso. No cachondo, no. Nervioso como el gerbo que huye. Leo el polvo como leo un epitafio y me fuerzo a acabar el capítulo. (Aunque los nervios no querían). Una, tiene un orgasmo: vital y místico. Otro, no se corre pero: vital y místico. Se despiden. Se besan . Me enternece la complicidad. Acaba el capítulo. Cierro el libro. ... Me entran ganas de llorar. Acabo de leer sobre aliens. Los aliens no son de mi especie. Funcionan distinto. ... Me entran ganas de llorar. porque yo antes era un alien. Siento que nunca he follado. La parte de mi que folla se ha roto. Siento que nunca he querido hacerlo cuando siempre tuve luciérnagas en los ojos con los que miro todo. Algo de mi alma se ha roto. Y estaba en mi cuerpo. Y, dentro de mi cuerpo, en mis ojos. Algo de mi alma se ha roto. Algo vital y místico, como en ese polvo, que ahora es polvo de mis ojos. de ©Shathu Entayla