Ir al contenido principal

Vuestras Entradas I: Memorias de un Libro

Para leer el siguiente libro, este debe ser abierto.
Si aun no se ha abierto, nunca se ha leído.
El libro nunca ha visto ni oído.
El libro nunca se ha mirado al espejo.
Su carencia de vida es por no tener sentidos.

Cada libro que habita las calles ciudadanas
encuentra lectores de todos los estilos:
lectores que siguen o abandonan lo leído
o amadores que son excepciones mundanas.
Todas ellas leen según lo vivido.

Este libro se pone triste cuando le abandonan.
Cree que no vale o ya no gusta.
A veces no reacciona cuando le preguntan:
"¿por qué no te dejas llevar por las personas
a quien gustas y aclamas a los que disgustas?"

"Soy un libro, necesito que mis letras sirvan."
"Tus letras sirven, pero no todos los lectores
ven útiles esas letras de tu vida, que expones".
"Pero yo no dicto quién me abre. Que el lector decida"
"Tu elegiste ser vendido. Tú sabes tus errores.

Pero recuerda que todo mal que pase
los detectaran absolutamente todo tus lectores
no confiarán en tí, y no porque les traiciones
sino porque tú has dejado de gustarte.
Conócete, pero no te estanques en tus errores."

Este libro se llamaba "Tú". Fue un best-seller.
Se conoció del todo gracias a sus lectores.
Sus lectores se hiceron sus amigos y amores.
Confiaron en el. Ahora nada le detiene.
Confiaron en el y se confió. Es éxito lo que viene.

(Inspirado en la idea de María Mandrión - "Cómo Confiar en uno Mismo")

Comentarios

Popular Posts

Amores singulares, en plural

Y mirarte a los ojos y morirme de hambre por querer abrazarte por bailar en tus lirios. Porque yo codicio  almas con la piel y no es lo mismo que codiciar solo las pieles. Porque quiero el calor que dan y no la sangre que tienen. Porque un alma sin viajar  a ninguna piel pertenece. Yo pertenezco a quien me quiere. Y viajo de mí para tí. Quiero anidarme en tí  como el rocío a la tierra como el calor a la piedra como un romance en abril Quiero enternecerme en soñar tu cobijo. Quiero enternecerme en ti y eso elijo. Quiero que seas ese lugar donde perderme y bailar sin pasadizos. No sé quién serás, y no importa. Si me amares, es lo mismo. Pero luego te miraré reflejando tu amor porque, aunque para ser amado todo cariño es prolijo, tu color para amarme cambiará los ojos con que te elijo. Ven a besarme y a abrazarme y viajaré rápido al suicidio. Porque matarme por elegir amor no es más que vivirme en otro sitio. Ámame, que eso quiero. Que cuando falta, de amor, alivio todo los ...

Un soneto de tres

Por hoy somos tres. Madre, padre e hijo. Aunque no siempre fuimos tres, pues fuimos cuatro. Luego el desahucio que vivimos. Tres vivimos el vivir sin cobijo. Aquí somos tres. Madre, padre e hijo con vidas distintas que distinguimos viviéndolas. Juntos y no. Y es un timo de envejecer y el tiempo, que no elijo. Algún día tres serán dos, y dos, uno. De pronto "juntos" pasará a ser "no". Poca cifra hay entre "juntos" y "ninguno". De un algo que estuvo y se marchó el uno que quede será el "alguno". Uno entre paredes de lo que amó. Imagen generada con Flash 2.0 (Google)  de ©Shathu Entayla

Tener libido es de aliens

Leo una novela erótica. Me enternece la complicidad. Se ponen a follar. Me pongo nervioso. No cachondo, no. Nervioso como el gerbo que huye. Leo el polvo como leo un epitafio y me fuerzo a acabar el capítulo. (Aunque los nervios no querían). Una, tiene un orgasmo: vital y místico. Otro, no se corre pero: vital y místico. Se despiden. Se besan . Me enternece la complicidad. Acaba el capítulo. Cierro el libro. ... Me entran ganas de llorar. Acabo de leer sobre aliens. Los aliens no son de mi especie. Funcionan distinto. ... Me entran ganas de llorar. porque yo antes era un alien. Siento que nunca he follado. La parte de mi que folla se ha roto. Siento que nunca he querido hacerlo cuando siempre tuve luciérnagas en los ojos con los que miro todo. Algo de mi alma se ha roto. Y estaba en mi cuerpo. Y, dentro de mi cuerpo, en mis ojos. Algo de mi alma se ha roto. Algo vital y místico, como en ese polvo, que ahora es polvo de mis ojos. de ©Shathu Entayla