Ir al contenido principal

Nimiedades y Otras Preguntas

Seguramente os habréis preguntado alguna vez cómo es que alguien te pare por la calle y te reconozca como un cantante, un cargo importante en la política, un “bate-records”,… La verdad, yo no sé mucho de eso, pero tenía un gran miembro en mi familia que decía saberlo, a pesar de no ser ninguna de esas cosas. También decía que, incluso era mejor, pues no había segundo en el que no lo sintiera.

Era mi abuelo Alexander, ex miembro de un antiguo cuerpo de asalto militar –nunca estuvo conforme- que siempre había sido una gran persona, a pesar de tener un corazón pequeño que le obligó a retirarse.

Me contaba que poco después, se hizo misionero. Salesiano. Yo le decía “Pero abuelo, si tú no crees en esas cosas”. Él me contestaba “Que sea ateo, no significa que no crea en Dios”.
A mi eso me desconcertaba, porque ser ateo, era precisamente eso: no creer en Dios.

Al principio no lo entendía. Siempre me decía “Tendrías que vivirlo para entenderme”. Acabó muriendo sin responderme pero, terco de mí, decidí responder yo mismo con palabras de otras personas. No me hizo falta más que ir a un sitio de aquellos.

Fue una experiencia en parte algo traumática por la situación, peor de lo aparente, que viven esas personas. Conocí a una misionera salesiana que, como muchas de allí, solía tener una sonrisa. La primera pregunta que le hice fue “¿Cómo aguantáis esto?” Ella me respondió “No lo aguantamos, lo hacemos caer despacio” “¿Y cuando llega?” La respondí yo “Pues habrá que levantarlo otra vez, ¿no?” Me decía siempre.

En esos momentos me hacía muchas preguntas. Muchas sobre Dios, pues yo no creía en él realmente. Era de creencias difusas. No preguntaba por no faltar al respeto. Iba allí a ayudar, como mi abuelo, y a descubrir qué vivió él. Pero un día no me contuve, la pregunté: “¿Cómo os ayuda Dios en esto?” Dejó la caja que sostenía en señal de que esa pregunta la había tocado el alma. Temí ofenderla. Acto seguido me sonrió diciendo “No nos ayuda. Dios somos nosotros cuando estamos aquí, pero no todo el mundo juega al mismo juego que jugamos nosotros ayudando a esta gente. Unos lo llaman Dios, otros Bondad, otros Amor. Son lo mismo, pero sin “eso” esto sería imposible. Da igual que creas o no”.


Comentarios

  1. Un premio bien merecido sin duda

    Enhorabuena!!

    deliriosdeunlocoamedianoche.blogspot.com.es

    Ahí te dejo mi blog, pásate si quieres ^^

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Popular Posts

Amores singulares, en plural

Y mirarte a los ojos y morirme de hambre por querer abrazarte por bailar en tus lirios. Porque yo codicio  almas con la piel y no es lo mismo que codiciar solo las pieles. Porque quiero el calor que dan y no la sangre que tienen. Porque un alma sin viajar  a ninguna piel pertenece. Yo pertenezco a quien me quiere. Y viajo de mí para tí. Quiero anidarme en tí  como el rocío a la tierra como el calor a la piedra como un romance en abril Quiero enternecerme en soñar tu cobijo. Quiero enternecerme en ti y eso elijo. Quiero que seas ese lugar donde perderme y bailar sin pasadizos. No sé quién serás, y no importa. Si me amares, es lo mismo. Pero luego te miraré reflejando tu amor porque, aunque para ser amado todo cariño es prolijo, tu color para amarme cambiará los ojos con que te elijo. Ven a besarme y a abrazarme y viajaré rápido al suicidio. Porque matarme por elegir amor no es más que vivirme en otro sitio. Ámame, que eso quiero. Que cuando falta, de amor, alivio todo los ...

Oración al cansancio

Para poner en pausa el reloj de la máquina  y despertar con dulzura al espíritu. Para sentir el placer que da el tiempo sin cronómetro  el tiempo sin destino; el vivir en sí mismo. Para apreciar los minutos y sus segundos el continuo sin discretos y el corazón que nunca paró de latir. Para honrar al cansancio (¡oh cansancio!) que nos permite contemplar en vez de hacer; que nos permite sentir en vez de evitarnos; que nos permite jugar en vez de optimizar. Para que el tiempo sin sentido, dé sentido. Para no caer en la tentación  de darle uno. Para parar para sentir para apreciar para contemplar para jugar. Ahora oro para que el tiempo sólo sea tiempo. Kha feijôl. Imagen de Ola Dapo  en Pexels  de ©Shathu Entayla

Tener libido es de aliens

Leo una novela erótica. Me enternece la complicidad. Se ponen a follar. Me pongo nervioso. No cachondo, no. Nervioso como el gerbo que huye. Leo el polvo como leo un epitafio y me fuerzo a acabar el capítulo. (Aunque los nervios no querían). Una, tiene un orgasmo: vital y místico. Otro, no se corre pero: vital y místico. Se despiden. Se besan . Me enternece la complicidad. Acaba el capítulo. Cierro el libro. ... Me entran ganas de llorar. Acabo de leer sobre aliens. Los aliens no son de mi especie. Funcionan distinto. ... Me entran ganas de llorar. porque yo antes era un alien. Siento que nunca he follado. La parte de mi que folla se ha roto. Siento que nunca he querido hacerlo cuando siempre tuve luciérnagas en los ojos con los que miro todo. Algo de mi alma se ha roto. Y estaba en mi cuerpo. Y, dentro de mi cuerpo, en mis ojos. Algo de mi alma se ha roto. Algo vital y místico, como en ese polvo, que ahora es polvo de mis ojos. de ©Shathu Entayla