Oigo poco a poco los latidos de mi corazón.
Oigo a cada segundo un hola y un adiós.
Oigo cada vez que suena y cada vez que no.
Me despierto. Estoy ya de pie. Callado
Voy oyendo débiles mis latidos mermados
Escucho el agua que moja mis zapatos.
Abro los ojos. No veo nada. Veo vacío.
Me mareo pues no veo. Se cae mi brío
al suelo, y su agua latente me da frío.
Estoy empapado en este túnel sombrío
donde solo estoy yo, y sólo yo hago ruido.
No veo alrededor. No veo de donde he venido.
El agua me calma y me cura, falazmente
me duerme. Tumbo en silencio mi mente
y mi cuerpo poco a poco desciende.
Estoy apoyado y tumbado en el líquido.
Estoy inmerso en la muerte. Casi lívido.
Estoy perdiendo la noción de mi físico.
Veo extrañas formas oscuras y colores
Deliro. Dormido. Atado. En dolores
que no siento al no sentir mis hervores.
Me estoy muriendo y a penas soy consciente.
Mis párpados empiezan a no moverse.
¡DIOS! Un rayo de luz me atraviesa de frente.
Me despierto. Empiezo a tiritar de frío.
Me levanto como puedo. Con brío.
La luz me ciega. Me tapo los ojos. Deliro.
Las pupilas se me dilatan de golpe.
Me acostumbro a esa luz del horizonte.
Al final del túnel la veo. Evito que me desmonte.
La luz se refleja en la cloaca. Voy a hacia ella corriendo
Dejo de correr. La misma luz me va atrayendo.
No me muevo. La luz me invade en un pensamiento.
No pienso. No respiro. No miro. Ya no siento.
No recuerdo mi vida, pero la veo en un momento.
Creo que ya no vivo. Algo me dice que estoy muerto.
16º Tributo... a la Muerte
16º Tributo... a la Muerte
Comentarios
Publicar un comentario