Ir al contenido principal

Carta Anti-Sentencia

Tirando del suelo hacia el cielo
me hago callos en los dedos
que sangran lágrimas.
Tirando del suelo hacia el suelo
me agacho y me muero.

Demasiadas lágrimas en verano
Demasiadas cicatrices.
Demasiados temas no resueltos.
Demasiada consecuencias
que trae la ausencia de uno mismo.

Eres tú quien me hace ser como soy
cuando estoy contigo.
Sólo tú, hermanita, no me has conocido.
Solo tú frenas mis acciones
y juzgas mis palabras.

Sólo tú eres incapaz de mirarme a los ojos:
tratarme como un desconocido
y al rato venir como si nada hubiera pasado.
Sólo tú eres culpable de que
siempre me haya echado la culpa por ti.

Es irónico que lo primero que hagas cuando
te pido que no me juzgues
es juzgarme.
Es irónico que seas siempre la primera:
la primera en escucharme
y la primera en ignorarme.

Hecho de menos tu sonrisa
(quizá por que nunca la veo)
envidio a quien se la regalas
y me sobran tus desenfrenos.

¿Por qué importa tanto
el sitio donde estemos?
¿Por qué con gente es el infierno
y contigo es el cielo?
¿Por qué me dejas cada vez más cerca de ese suelo?
¿Por qué me haces sentir
que siento que me alejas de ti?
Tiro y nunca llego,
Lánzame una cuerda. La espero

Sí es cierto que no eres la única culpable
el primero soy yo
pero NO de lo que me acusas.
Tu silencio y tu ignorancia, matan
mientras tu fidelidad cura.
Tu ignorancia es sin motivo.
Ni haciendo lo mismo que tú te has dado cuenta...
y he sido yo quien ha sufrido.

¿Cuál es tu postura?
¿Qué quieres que haga?
¿Merece más un abrazo un desconocido
que tu mejor amigo?

No te pido que me toques,
ni que me dejes hacerlo.
(En serio, es lo de menos).
Sólo te pido que me dejes ser como soy
y que no tenga que ser otra persona contigo.
No se tu, pero odio los ojos fríos
y hay veces que es lo único que veo cuando te miro.

No juzgo tu amistad
solo juzgo tu forma de expresarla
(como siempre lo haces conmigo
aunque no sea con palabras).

Y SOLAMENTE porque me duele
sino no lo haría.
Comprendo que lo pases y hayas pasado mal
pero no comprendo
porqué nunca prefieres fingir conmigo
como yo hago contigo.
No entiendo
porqué soy el único que lo sufre
(y no sólo me he fijado en mi
te lo aseguro).

Te dije que me da igual sufrir
pero no aguanto que no haya un motivo.
Eso es lo único que te pido.

Si te pasa algo, no finjas, búscame
siempre te lo he repetido
y parece que nunca me has oído.

Alguna vez (y sé que no es verdad)
he creído que no me quieres.
Hay veces que creo que es
porque no crees en quien te quiere.

PD: Avísame si lo has leído.
Avísame si hay algo que ha ocurrido.
No me enfado contigo.
Sólo quiero abrir el camino...

Tu hermanito.
Te quiero

Comentarios

Popular Posts

Cacatúa (poema-calambur)

¡Caca tuya, cacatúa…! Cacareas cacas, rea… ¡Cacatúa! ¡Cacarea! Carámbanos vanos, cacatúa, es lo que sale de tu cacareo. Rea de cacas tuyas eres, cacatúa. Rea de tus deseos. Sueñas cacatúa, cacas tuyas. ¡Cacarea! ¡Rea! ¡Cacarea tus deseos! ¡Carámbanos de sueños ¡Vanos anhelos! Cacas tuyas, cacatúa son tus cacareos ¡Cacatúa! ¡Caca túa! ¡Túa! ¡Caca rea son tus sueños! Imagen libre de Wikipedia Sátira poética a la vanidad de

La bandera

Cada vez que te abrazo, muchas cosas me pasan. Siempre mis manos a tus largos bosques se lanzan y cuando te acarician se enganchan en sus ramas. Bajo esas largas ramas siempre encuentran tu espalda. Planean en los surcos de tu piel, como emplumadas como sin peso, y aterrizan en tu piel de nácar. Y pecho y pecho. Mejilla y mejilla. Juntadas, tras del aterrizaje, como visagras. Como si en pulso y rubor se juntara el alma. y que los pulsos y rubores se contagiaran. El contagio, en un desliz voluntario, atrapa de improviso los pares de labios que, aunque escapan de la atadura del pulso y rubor, no se marchan. Y en un vaivén, los labios atados, se desatan y el aire vuela, vuela y vuela entre las visagras. Pero aunque vuela, cambia y baila, luego se apaga y solamente el silencio suena, labios en calma. Y al abrir los ojos, y reenfocar la mirada veo tu cara, el rostro precioso al que besaba. Ese rostro. Un rostro que es una bandera izada sobre el mástil de un cuerpo de una belleza franca. Un

Un abrazo

Alquitranes húmedos besan mis sketchers ya pasadas dadas de sí por miles de pasos. Unos andados, otros bailados. Otros que buscan algo. A veces, en estas noches como un pecíolo de hoja que, en otoño se resquebraja en silencio mucho antes de caer, mi ánimo, también se resquebraja. De mis ojos salen lágrimas  que son de aire porque la humedad la tienen el alquitrán y mis pasos y mi sudor y mis pasos. Y por la soledad de dentro de mis ojos no sale nadie. Muchísimas noches abrazaría el aire me devolvería el abrazo más amable el más tierno, el más gentil, y el más suave Pero es que de todo eso es demasiado el aire y se desharía entre mis manos de carne. Necesito un abrazo que sea tierno y terso y firme y sinuoso. Justo como el dibujo del resquebrajo de ese pecíolo qué está en mi ánimo. Un abrazo  que dibujara el resquebrajo pero en sentido contrario: que acabara de romper o reparase esa hoja. Un abrazo. Que me impidiera llorar o precipitara el llanto. O quizá a encontrarme o romperme con ot