Psicótico. Psicosis. Sí. Es tu hora. Grande la calle y pequeña
la población en una noche roja y de luna llena. Teñida de sangre de un sabor
amargo y lacrimoso. Oscuro y amargo. Transparentes tus miembros rendidos y
desechos en el suelo, donde moría hasta la mala hierba entre el asfalto.
Te acercaste confiado y decidido a un destino incierto. Fue
entonces. Psicótico. Psicosis. ¡Si! Fue entonces cuando un gato ennegrecido vio
desgarrarse tu cuello y tu pecho, y una farola, manchada, emitía luz roja en
vez de blanca, como lo que quedó de tu faz, ya deforme, pero en este caso sin
vida.
Bienvenido a este dulce infierno. ¡SI! A este infierno al
que cruzaste incauto al pasar la esquina. ¿Te gustaba el reflejo de mi machete?
A mi me encantaba.
¡¿Dónde está el puñetero botón de Me encanta?!
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