Ir al contenido principal

Contra un Espejo

No hay peor celda
que uno mismo.
al mirarme al espejo
no me reconozco.

Mi infancia se repite
con otros nombres, otra gente.
Se repetirá mientras palpite
la desconfianza de mi alma.

Me miro al espejo.
Me veo y me extraño.
Extraño no que ver lo que veo
y que ello me haga daño.

Me miro al espejo
y no veo una buena persona.
Miro mi alma concreta
y la bondad no demora.

La lucha contra mis defectos
me ha quitado mucho tiempo.
La lucha contra mi mismo
ha creado otra persona.

Sentir y no expresar
es el auténtico problema.
No sentir para pensar
una nueva estratagema.

Nunca vi que era mi enemigo
Siempre creí ser mi mejor amigo.
Mi alma ya no escucha lo que digo.
Mi mente ha nublado mi destino.

Nadie sabe cuál es mi lucha.
Nadie cree. Nadie escucha.
Nadie conoce el fin de mi lucha
pues es mi reflejo quien me rehúsa.

Comentarios

Popular Posts

Cacatúa (poema-calambur)

¡Caca tuya, cacatúa…! Cacareas cacas, rea… ¡Cacatúa! ¡Cacarea! Carámbanos vanos, cacatúa, es lo que sale de tu cacareo. Rea de cacas tuyas eres, cacatúa. Rea de tus deseos. Sueñas cacatúa, cacas tuyas. ¡Cacarea! ¡Rea! ¡Cacarea tus deseos! ¡Carámbanos de sueños ¡Vanos anhelos! Cacas tuyas, cacatúa son tus cacareos ¡Cacatúa! ¡Caca túa! ¡Túa! ¡Caca rea son tus sueños! Imagen libre de Wikipedia Sátira poética a la vanidad de

La bandera

Cada vez que te abrazo, muchas cosas me pasan. Siempre mis manos a tus largos bosques se lanzan y cuando te acarician se enganchan en sus ramas. Bajo esas largas ramas siempre encuentran tu espalda. Planean en los surcos de tu piel, como emplumadas como sin peso, y aterrizan en tu piel de nácar. Y pecho y pecho. Mejilla y mejilla. Juntadas, tras del aterrizaje, como visagras. Como si en pulso y rubor se juntara el alma. y que los pulsos y rubores se contagiaran. El contagio, en un desliz voluntario, atrapa de improviso los pares de labios que, aunque escapan de la atadura del pulso y rubor, no se marchan. Y en un vaivén, los labios atados, se desatan y el aire vuela, vuela y vuela entre las visagras. Pero aunque vuela, cambia y baila, luego se apaga y solamente el silencio suena, labios en calma. Y al abrir los ojos, y reenfocar la mirada veo tu cara, el rostro precioso al que besaba. Ese rostro. Un rostro que es una bandera izada sobre el mástil de un cuerpo de una belleza franca. Un

Compañero de Cama

No estoy seguro de quién me mira. No estoy seguro de quién me cura. Miro al aire y nadie mira. Miro al cielo y no me ayuda. El cielo es mi espanto en la penumbra pero mi salvador cuando es de día aunque es vano el sol que me deslumbra. Cuando cae la noche y el miedo alumbra me hago una pregunta que nunca diría: Si estoy tan solo y mi miedo me oculta, ¿Quién cuida y duerme con la luna? A lo mejor ella también se lo pregunta...