Ir al contenido principal

Poemas de Alejandro y Valentín

Para celebrar que mi blog tiene ya 20 Poemas (sin contar "El Poder de la Duda") voy a empezar a colgar todos los días unos poemas que me he reservado, que son más antiguos que incluso los "Poemas Revelados" (los que he ido colgando hasta ahora).

Estos poemas se caracterizan por ser versos alejandrinos (Alejandro) o de amor (Valentín). Pensé en su día hacer una página con estos poemas, pero dado a que Blogger no tiene la opción de añadir entradas en las nuevas páginas no puedo poner más de un poema, por tanto no era factible, de modo que las colgaré aquí, pero no contarán para las votaciones mensuales y serán calificados en "Temática" como "P.A.V." puesto que no son "Poemas Revelados"

Son dos colecciones de poemas totalmente distintas, lo que cuelgo habitualmente se llaman "revelados" porque son absolutamente libres, esta antigua colección son poemas que hice para el instituto por tanto, con métrica y rima, predefinidas (podéis leer más datos sobre esto en el reportaje de "El Poder de la Duda").

Tras colgar todos los Poemas de Alejandro y Valentín (son solo cuatro poemas, no os preocupéis, volveré a los revelados pronto), haré una encuesta exclusiva para esos poemas, cuyo ganador colgaré debidamente en "Ganadores" como en la anterior encuesta (JA! de encuestas no se salva nadie).

Que disfrutéis leyendo y, a ser posible, deleitandoos con los poemas.

Un Saludo.

Comentarios

Popular Posts

Cacatúa (poema-calambur)

¡Caca tuya, cacatúa…! Cacareas cacas, rea… ¡Cacatúa! ¡Cacarea! Carámbanos vanos, cacatúa, es lo que sale de tu cacareo. Rea de cacas tuyas eres, cacatúa. Rea de tus deseos. Sueñas cacatúa, cacas tuyas. ¡Cacarea! ¡Rea! ¡Cacarea tus deseos! ¡Carámbanos de sueños ¡Vanos anhelos! Cacas tuyas, cacatúa son tus cacareos ¡Cacatúa! ¡Caca túa! ¡Túa! ¡Caca rea son tus sueños! Imagen libre de Wikipedia Sátira poética a la vanidad de

La bandera

Cada vez que te abrazo, muchas cosas me pasan. Siempre mis manos a tus largos bosques se lanzan y cuando te acarician se enganchan en sus ramas. Bajo esas largas ramas siempre encuentran tu espalda. Planean en los surcos de tu piel, como emplumadas como sin peso, y aterrizan en tu piel de nácar. Y pecho y pecho. Mejilla y mejilla. Juntadas, tras del aterrizaje, como visagras. Como si en pulso y rubor se juntara el alma. y que los pulsos y rubores se contagiaran. El contagio, en un desliz voluntario, atrapa de improviso los pares de labios que, aunque escapan de la atadura del pulso y rubor, no se marchan. Y en un vaivén, los labios atados, se desatan y el aire vuela, vuela y vuela entre las visagras. Pero aunque vuela, cambia y baila, luego se apaga y solamente el silencio suena, labios en calma. Y al abrir los ojos, y reenfocar la mirada veo tu cara, el rostro precioso al que besaba. Ese rostro. Un rostro que es una bandera izada sobre el mástil de un cuerpo de una belleza franca. Un

Compañero de Cama

No estoy seguro de quién me mira. No estoy seguro de quién me cura. Miro al aire y nadie mira. Miro al cielo y no me ayuda. El cielo es mi espanto en la penumbra pero mi salvador cuando es de día aunque es vano el sol que me deslumbra. Cuando cae la noche y el miedo alumbra me hago una pregunta que nunca diría: Si estoy tan solo y mi miedo me oculta, ¿Quién cuida y duerme con la luna? A lo mejor ella también se lo pregunta...