Ir al contenido principal

La Vejez y la Juventud se Encontraban

HISTORIA: Este poema, es como el anterior: hecho antes de que me lo pidieran, no será quizá el mejor pero... me recuerda a algo un poco personal: la muerte de mi abuelo, hace pocos meses, el día despues de su cumpleaños 9 de marzo. Lo bueno de este anciano es que no era mi abuelo, era una persona a la que cuidaba mi madre cuando trabaja en ayuda a domicilio. A medida que iba yendo a su casa, pasaron muchas cosas, a mi madre la quitaron el trabajo por trato personal con el usuario y de más, pero nosotros seguimos con él hasta el final...como no, murió por cáncer (su tercero), despúes de haber SIDO la salvación de una infancia (si es que se le puede llamar así) nefasta (hay más sobre esto en la seccion de "Infancia"). Sinceramente, creí que mi abuelo era inmortal por faltarle partes como secciones del hígado y el riñón, y un cáncer de páncreas, que le provocó una caida desde un 4º piso del que sobrevivió...pero, vi que me equivocaba, que a todo el mundo le llega el final, incluso a una persona tan sola y paradójicamente tan vivaz y bondadosa como mi abuelo y mejor amigo...y que aun estando muerto, siempre lo será (y para mí no lo está). ¡¡Ah, se me olvidaba!! Este poema, será el último P.A.V. y es acróstico.

Un día cuidando mi madre se hallaba
Intuye como su trabajo marchaba
Sin esperar así que cambiara nada
Pero fue un gran vetusto el que eso lograba

Érase como este amigo conocí
Respeto y felicidad, lema a seguir
Entre aliados dispuestos a cumplir
Zambullidos en genio y magia sin fin

Fingir a veces, la verdad ocultar
En trance estaba sin poder notar
Realmente su ayer, sutil malestar
Nublado por mi infantil sobra vital

Árbol parecía aquel cuco señor
¡Ni imaginar puedes su mente en acción!
De la cual nunca perdió una porción
Estando a veces en casos de dolor

Zutano ebanista de genial pensar
Era esta persona a la que vi marchar
Sin, por gran suerte, nada más que contar
En una historia digna de recordar

“Los excesos en vida mal se pagan”
A mi abuelo y amigo aquellos le otorgaban
Nuevas malas pasadas que le jugaban
Cuantiosos daños que estos le provocaban

Inculta su desgracia le impedía
Ahuyentar lo que la sociedad decía
No por ello la aprovecharía
¡Oh, muy tarde cuanta de ello te darías!

NOTA: He tenido un problema con el ordenador, se me ha fastidiado. Podré seguir colgando poemas, pero con menor frecuencia. A partir de aquí seguiré colgando Poemas Revelados como siempre. Gracias por haber seguido mi blog hasta este día, los que lo hayan hecho y gracias a los nuevos por seguirlo =).

Comentarios

Popular Posts

Amores singulares, en plural

Y mirarte a los ojos y morirme de hambre por querer abrazarte por bailar en tus lirios. Porque yo codicio  almas con la piel y no es lo mismo que codiciar solo las pieles. Porque quiero el calor que dan y no la sangre que tienen. Porque un alma sin viajar  a ninguna piel pertenece. Yo pertenezco a quien me quiere. Y viajo de mí para tí. Quiero anidarme en tí  como el rocío a la tierra como el calor a la piedra como un romance en abril Quiero enternecerme en soñar tu cobijo. Quiero enternecerme en ti y eso elijo. Quiero que seas ese lugar donde perderme y bailar sin pasadizos. No sé quién serás, y no importa. Si me amares, es lo mismo. Pero luego te miraré reflejando tu amor porque, aunque para ser amado todo cariño es prolijo, tu color para amarme cambiará los ojos con que te elijo. Ven a besarme y a abrazarme y viajaré rápido al suicidio. Porque matarme por elegir amor no es más que vivirme en otro sitio. Ámame, que eso quiero. Que cuando falta, de amor, alivio todo los ...

El resquebrajo

Y de pronto el resquebrajo que ya sentía sólo sirve para acabar de romperme, y los pedazos de mí se clavan en mi capacidad de dormir, de sonreír y de querer la vida. Yo, que siempre fui la Antígona que va a morir por lo que le importa pero que se desnuda para sentir el aire frío y sentir que está viva. Yo, la Antígona, que muere cuando su hermano muere por segunda vez, está vez en el destierro de su cadáver. Yo, como ella, muero. La vitalidad de Antígona se va en su muerte. Su muerte es su muerte. Pero mi muerte es la vida.  El resquebrajo es como un desprendimiento: había indicios, pequeñas señales que el monte iba a caerse, pero de repente se cae, y parece que nunca hubo aviso. O que daba igual que lo fuera, porque era inevitable. Parece un capricho de Dios. Parece que no había nubes de tormenta. Pero, de repente, todo es barro, todo es polvo. Todo es hiel. El resquebrajo ya no es tal. Ya estoy roto. Como están rotas las conchas de mar llevadas por el agua. Como el mimbre cuando ...

Tener libido es de aliens

Leo una novela erótica. Me enternece la complicidad. Se ponen a follar. Me pongo nervioso. No cachondo, no. Nervioso como el gerbo que huye. Leo el polvo como leo un epitafio y me fuerzo a acabar el capítulo. (Aunque los nervios no querían). Una, tiene un orgasmo: vital y místico. Otro, no se corre pero: vital y místico. Se despiden. Se besan . Me enternece la complicidad. Acaba el capítulo. Cierro el libro. ... Me entran ganas de llorar. Acabo de leer sobre aliens. Los aliens no son de mi especie. Funcionan distinto. ... Me entran ganas de llorar. porque yo antes era un alien. Siento que nunca he follado. La parte de mi que folla se ha roto. Siento que nunca he querido hacerlo cuando siempre tuve luciérnagas en los ojos con los que miro todo. Algo de mi alma se ha roto. Y estaba en mi cuerpo. Y, dentro de mi cuerpo, en mis ojos. Algo de mi alma se ha roto. Algo vital y místico, como en ese polvo, que ahora es polvo de mis ojos. de ©Shathu Entayla