Echo de menos.
"¿Qué?”, me dirán.
No sé.
No sé si a ti.
No se si a mí.
No sé si a mi propia sombra
desde cuya luz madre veo tus pestañas
cerrándose lentamente
como un parpadeo,
y abriéndose rápido
como un suspiro.
Echo de menos.
"¿Qué?". "¿Qué de qué?"
les diría.
Que no sé.
No sé si a ti
a mí
a ambos.
Mira, es que somos moscas sobre un vaso
ambas de frente
con el hueco entre ambos.
Moscas
pretendiendo volar sin alas
saltando el hueco
en vez de bordearlo.
Echo de menos.
"¿El qué?".
No sé.
No sé qué echo de menos.
¿A ti, a mí, a mi sombra,
al hecho de echarte de menos?
Echo de menos amarte
tanto
entregárteme tanto.
Echo de menos tu forma de fiarme tus miradas
de darme la llave y la puerta
del origen de tus ansias
con un beso,
con un abrazo
contigo.
Echo de menos echarte de menos.
O sea, a ti
Es decir... Te echo de menos
tanto
que parece que nunca lo he hecho.
Incluso a mí me lo parece y me confundo.
Y luego miro mi sombra
y veo cómo parpadeas,
cerrando los ojos lentamente
como un parpadeo,
y abriéndolos rápido
suspirando.
...Y suspiro.
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