Dices que te halago
pero, ¿sabes?
Más me halagas tú y no me quejo:
lo bosquejo
para dibujarlo y aprovechar
todo cuanto puedo amar
a quien es mi mayor obra;
la que libera de mi alma la escoria,
se mete en mi memoria,
y me llama,
y me reclama,
y, por encima de todo,
como pareja y como amiga,
me ama.
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