Te echo de menos.
A veces mi corazón se oculta de ti
porque duele añorarte.
A veces mi mente se defiende de ti
porque duele extrañarte.
A veces echarte de menos
es que querer echarte de más
pero nada de esto es posible
pues tú, comigo, no estás.
La distancia cura y tortura
pero no siempre lo hace igual,
y cuando es más débil la cura,
la tortura se hace notar.
En cuando tú me ves llorar,
cuando me confunde mi pesar
y mi amor añora tu estar,
tu presencia es mi altar.
Alto triunfo es ese altar
pero alta pérdida, si vacío está,
pues no tengo tesoro que posar
y por él, no se qué podría dar...
Echarte de menos duele. Más.
Más de lo que nunca podría imaginar.
Pero es el precio que he de pagar
por quererte, por esperar, y por amar.
Te echo de menos
Y eso es difícil de cambiar...
A veces mi corazón se oculta de ti
porque duele añorarte.
A veces mi mente se defiende de ti
porque duele extrañarte.
A veces echarte de menos
es que querer echarte de más
pero nada de esto es posible
pues tú, comigo, no estás.
La distancia cura y tortura
pero no siempre lo hace igual,
y cuando es más débil la cura,
la tortura se hace notar.
En cuando tú me ves llorar,
cuando me confunde mi pesar
y mi amor añora tu estar,
tu presencia es mi altar.
Alto triunfo es ese altar
pero alta pérdida, si vacío está,
pues no tengo tesoro que posar
y por él, no se qué podría dar...
Echarte de menos duele. Más.
Más de lo que nunca podría imaginar.
Pero es el precio que he de pagar
por quererte, por esperar, y por amar.
Te echo de menos
Y eso es difícil de cambiar...
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