Ir al contenido principal

El Testamento de Matilda

"¿Recuerdas hace unos años cuando fuimos a la Fontana di Trevi, Joel? Fue genial. Estábamos sentados, algo lejos de ella, pero la veíamos entera, mientras veíamos a turistas tirar monedas y pedir deseos. Yo aún recuerdo que me decías que era absurdo tirar monedas al agua: era perder dinero y tiempo absurdamente. 

Recuerdo cuando yo te decía siempre que tirar una moneda siendo supersticioso y sentirse bien, siempre es mejor que ser realista y no sentir nada, pero que era aun mejor sentirse bien siendo realista: cuando eres capaz de tirar la moneda pero no niegas que sus poderes funcionen. Una de esas pocas veces en la vida en las que la incertidumbre es beneficiosa: si funciona, genial; si no funciona, ya te lo esperabas, no hay dolor. Sin tener el listón alto ni bajo. Simplemente, tener el listón.

Aún recuerdo Joel cuando me decías que me iba a morir, porque mi enfermedad no me permitía seguir con vida. Aún recuerdo verte llorar en la cama del hospital, por una simple neumonía complicada por el SIDA.

Yo siempre te decía: "bueno, yo tengo esperanzas de seguir con vida, y si no sirve, al menos habré muerto contenta". Aún recuerdo que tus lágrimas fueron lo último que vi antes de escribirte esta carta, y cuando la leeas, una carta que, sin duda, es para ti: para tu realismo pesimista, a favor de mi superstición razonable, recuerda que, por el hecho de tener esperanza, yo viví con menos dolor que con el que vivirás toda tu vida, por haber perdido al amor de tu vida.

Por eso, mi amor, no llores, yo no lo hago: no he derramado aún una sóla lágrima de dolor, sólo de añoranza, que es inevitable.

Para ti amor, que nunca me olvidas, ni lo hiciste, sonríe por mi, no me hagas verte triste desde el otro lado: nunca aguanté que llorases en vida, y nunca tuviste que hacerlo por mi; cuando ya no esté, no lo hagas, quiero que seas feliz.

Sólo quiero que hagas una cosa por mi. La próxima vez que vayas a Italia, tira una moneda a la Fontana deseando que vuelva contigo. Quizá no vuelva, pero te aseguro que te sentirás bien por saber que al menos, hay esperanza dentro de ti. Haz honor a tu apellido, por una vez.

Te quiere (y te ama, y te desea),
Matida."

Documento privado adjunto en el testamento de Matilda Rodríguez Sacristán para su madrido Joel Esperanza Vázquez.

Dedicado a alguien que necesita tirar una moneda a la Fontana di Trevi. Alguien que necesita el apellido de Joel.

Comentarios

  1. Sin palabras. Me has dado una leccion impresionante

    ResponderEliminar
  2. Me has dejado sin palabras. Impresionante leccion. Gracias. Eres GRANDE SHATSU

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Popular Posts

Amores singulares, en plural

Y mirarte a los ojos y morirme de hambre por querer abrazarte por bailar en tus lirios. Porque yo codicio  almas con la piel y no es lo mismo que codiciar solo las pieles. Porque quiero el calor que dan y no la sangre que tienen. Porque un alma sin viajar  a ninguna piel pertenece. Yo pertenezco a quien me quiere. Y viajo de mí para tí. Quiero anidarme en tí  como el rocío a la tierra como el calor a la piedra como un romance en abril Quiero enternecerme en soñar tu cobijo. Quiero enternecerme en ti y eso elijo. Quiero que seas ese lugar donde perderme y bailar sin pasadizos. No sé quién serás, y no importa. Si me amares, es lo mismo. Pero luego te miraré reflejando tu amor porque, aunque para ser amado todo cariño es prolijo, tu color para amarme cambiará los ojos con que te elijo. Ven a besarme y a abrazarme y viajaré rápido al suicidio. Porque matarme por elegir amor no es más que vivirme en otro sitio. Ámame, que eso quiero. Que cuando falta, de amor, alivio todo los ...

Flores en el asfalto

Hay personas que duelen  de lo que alivian que matan las nubes de tormenta que apartan las aguas negras; esas con hábito de vorágines que nunca cesan. Hay personas que devuelven el brillo al alma el edén al fruto la esencia a la esencia y la enrutan y la soterran para que crezca justo así en vertical para que seas  como la flor que brota del asfalto como el pájaro que descansa en la catenaria como la pausa de paz en el bombardeo; para que seas. Hay personas que habitan  tu piel y te dejan la suya; que apartan la ciudad y, en sus escombros, te encuentran. Ojalá vivir más  en esas personas dolorosas devolvedoras, habitantes y encontrosas. Ojalá vivir más en quien ama con belleza Ojalá vivir más y que el más que viva sea con ellas. Modificación de una imagen de PhilippLE  en Pixabay Dedicado a La Tribu de los Idos, especialmente a Esther, Leyre, Sara, Karina y Buda  de ©Shathu Entayla

Oración al cansancio

Para poner en pausa el reloj de la máquina  y despertar con dulzura al espíritu. Para sentir el placer que da el tiempo sin cronómetro  el tiempo sin destino; el vivir en sí mismo. Para apreciar los minutos y sus segundos el continuo sin discretos y el corazón que nunca paró de latir. Para honrar al cansancio (¡oh cansancio!) que nos permite contemplar en vez de hacer; que nos permite sentir en vez de evitarnos; que nos permite jugar en vez de optimizar. Para que el tiempo sin sentido, dé sentido. Para no caer en la tentación  de darle uno. Para parar para sentir para apreciar para contemplar para jugar. Ahora oro para que el tiempo sólo sea tiempo. Kha feijôl. Imagen de Ola Dapo  en Pexels  de ©Shathu Entayla