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(No) quiero ser Antonio Banderas (Conciliación IV)

Antonio Banderas 
pidió perdón
por haberse perdido la infancia de su hija.
Yo voy hacia allí.
Y no sé si lo quiero.

Ya me estoy quedando sin tiempo.
Lanzo cuerdas de afecto y vida
a las argollas de la red que me cuida
para que estén cerca
para que me acompañen y tenerlas
y puedo apenas.
Dedico más tiempo a intentar llegar
a llegar
a llegar a algo
que a tenerlo.
No hay más. Así va esto.
O sea que voy hacia allí
y no sé si lo quiero.

No soy Antonio Banderas
y ya apenas tengo tiempo.
Y ya quiero el afluente que lleva a casa
y el teatro que dura más que la guerra
y el hogar con todas a las que quiero.

Quiero lo común del hogar
pero la farándula hace añicos
la comunidad.
Una comunidad que, por plural
siempre tuvo resquebrajos abiertos.

Luchar por arte y amor:
ese es mi sueño.
Es mi afluente definitivo.
Construyo mi arca como Noé hizo
y, o muero en el intento
en el tambaleo de la precariedad
y en atomizaciones comunes que no elijo
o muero monógamo, 
hipotecado
funcionario
a plazo fijo.

Prefiero vivir sin plazos en el futuro
aunque aplace el futuro
hasta el fin de mi abismo
porque yo quiero un futuro
con mis amantes y con mis hijos
con el teatro como abrigo
y con el arte, al fin, como cobijo.

Antonio Banderas recogiendo el Goya de honor en 2015.
Fotografía de Mario Scandurra (©Academia de Cine)
 de ©Shathu Entayla

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