Dos cadenas me atraviesan.
El escenario y el hogar.
En el escenario todo es para el otro.
Se paga el precio de uno mismo
como el sacerdote a dios
como al bebé la placenta.
El escenario es un hogar compartido
sacro
de otro tiempo
antiguo
pero hace tiempo que no es seguro.
El hogar del teatro dura
como máximo
90 minutos o
120 minutos o
los que dure minutos
lo que dura el sueño de Wagner minutos
lo que dura el portal a otro mundo minutos
lo que dura el encuentro.
Lo que dura en minutos
si quiero que me calme
no llega a segundos.
Lo que dura el hogar se pierde
en las colas de salida
en la taquilla
en el camino a casa
en los premios
en el olvido.
Y en camerinos me quedo
pensando
en el hogar
sacro
de otro tiempo
antiguo
uno que no acaba
un sueño de Wagner perpetuo
un portal que extiende el mundo
no un museo
un portal que extiende el mundo
y no se cierra.
Un hogar en la guerra de vivir.
Siempre con la puerta abierta.
El teatro
para ser hogar
debería de durar
más
que la guerra.
de ©Shathu Entayla
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