Tienes en el pecho
un alma rota
y un corazón inmenso,
ávido de amor
y de comprensión. Por eso
me apetece quererte
besarte
hacerlo lento
para que disfrutes el tiempo.
El tiempo...
El tiempo cambiará lo que tenemos.
Lo que quieres y lo que quiero
no es lo mismo. Pero eso
lejos de dar miedo, es algo bueno
porque de alguna forma elegimos
el tiempo
en que nos queremos.
Pactamos cómo nos queremos
cuánto
y a qué precio.
Algo que podría sonar frío
pero es porque somos amigos
que encuentran en el otro una piel
suave y cálida. Un abrigo.
El abrigo
no es para todas las estaciones.
Y por eso no siempre nos vestimos
con las mismas texturas ni colores.
Tú quieres un abrigo sólo tuyo
permanente.
Yo siempre quiero compartirlo
y tú, a veces.
Pero cuando tenemos frío
y cuando estamos calientes
si las estaciones coinciden
es decir,
si yo estoy disponible,
y tú quieres compartirte,
nos abrigamos
dando calor al frío
o calentando lo calentado.
Pero, si no se puede
siempre podemos desnudarnos
como amigos.
Porque es sobre nuestra piel desnuda
(la de tu corazón y la del mío)
donde elegimos cómo vestirnos.
El tiempo...
El tiempo cambiará lo que tenemos.
Lo que quieres y lo que quiero
no es lo mismo. Pero eso
lejos de dar miedo, es algo bueno
porque siempre nos desnudamos
y elegimos
con qué ropa de amor vestirnos.
Pero, lo admito...
Aun con tu alma rota
y tu corazón hambriento
me gusta tu cariño. Por eso
me apetece quererte
besarte
hacerlo lento
para que disfrutes el tiempo
y cuando es propicio,
estar también en tí, estando contigo
y que la desnudez de piel
y el sexo, y el cariño,
se conviertan en un abrigo,
de amantes, siendo amigos.
Ojalá así poder siempre vestirnos.
Pero, como lo que quieres y quiero no es lo mismo
disfrutemos todo el tiempo
como amigos.
Así cuando queramos comernos
y, cuando puedas, será un regalo, no un alivio.
Ojalá poder comerte siempre
y darte siempre piel de abrigo.
Así que, que lo sepas siempre:
siempre que me dejes comerte,
comerte siempre será un peligro.
Precisamente porque comerte
nos hace mejor como amigos.
de ©Shathu Entayla
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