Ir al contenido principal

Un Día Más

Un día más
las estrellas siempre brillaran
su hermosura ciegos dejaran
viendo como vienen y van.

Un día más
los heridos ya se curaran
aunque muchos otros moriran
siempre nuevos naceran.

Un día más
un sueño se va a despertar
otro se desvanecerá
la vida de alguien cambiará

¿Y porqué
no puedo emplear mi fe
para cumplir lo que soñé?

¿Y sin más
todo en mi mundo cambiará
sin que lo pueda evitar?
¿Podré algún día despertar?

Incierta  y vaga sensación
invade mi corazón
mientras muestro un futuro
perdido en mi imaginación

¿Podré luchar,
Podré mejorar,
Podré amar,
Podré dar
lo que toda mi vida
solo pude desear?

Otra vez
solo puedo vivir
dejándome llevar
solo por lo que fui

Otra vez
me vuelvo a despertar
y de testigo estaré
de toda mi verdad
de mi voluntad.
De que lo que he sido
y he vivido
no volverá.

Un día más
las estrellas siempre brillaran
su hermosura ciegos dejaran
viendo como vienen y van.

Un día más
un sueño se va a despertar
otro se desvanecerá
la vida de alguien cambiará

¿Y sin más
todo en mi mundo cambiará
sin que lo pueda evitar?
¿Podré algún día despertar?

Comentarios

Popular Posts

Cacatúa (poema-calambur)

¡Caca tuya, cacatúa…! Cacareas cacas, rea… ¡Cacatúa! ¡Cacarea! Carámbanos vanos, cacatúa, es lo que sale de tu cacareo. Rea de cacas tuyas eres, cacatúa. Rea de tus deseos. Sueñas cacatúa, cacas tuyas. ¡Cacarea! ¡Rea! ¡Cacarea tus deseos! ¡Carámbanos de sueños ¡Vanos anhelos! Cacas tuyas, cacatúa son tus cacareos ¡Cacatúa! ¡Caca túa! ¡Túa! ¡Caca rea son tus sueños! Imagen libre de Wikipedia Sátira poética a la vanidad de

La bandera

Cada vez que te abrazo, muchas cosas me pasan. Siempre mis manos a tus largos bosques se lanzan y cuando te acarician se enganchan en sus ramas. Bajo esas largas ramas siempre encuentran tu espalda. Planean en los surcos de tu piel, como emplumadas como sin peso, y aterrizan en tu piel de nácar. Y pecho y pecho. Mejilla y mejilla. Juntadas, tras del aterrizaje, como visagras. Como si en pulso y rubor se juntara el alma. y que los pulsos y rubores se contagiaran. El contagio, en un desliz voluntario, atrapa de improviso los pares de labios que, aunque escapan de la atadura del pulso y rubor, no se marchan. Y en un vaivén, los labios atados, se desatan y el aire vuela, vuela y vuela entre las visagras. Pero aunque vuela, cambia y baila, luego se apaga y solamente el silencio suena, labios en calma. Y al abrir los ojos, y reenfocar la mirada veo tu cara, el rostro precioso al que besaba. Ese rostro. Un rostro que es una bandera izada sobre el mástil de un cuerpo de una belleza franca. Un

Un abrazo

Alquitranes húmedos besan mis sketchers ya pasadas dadas de sí por miles de pasos. Unos andados, otros bailados. Otros que buscan algo. A veces, en estas noches como un pecíolo de hoja que, en otoño se resquebraja en silencio mucho antes de caer, mi ánimo, también se resquebraja. De mis ojos salen lágrimas  que son de aire porque la humedad la tienen el alquitrán y mis pasos y mi sudor y mis pasos. Y por la soledad de dentro de mis ojos no sale nadie. Muchísimas noches abrazaría el aire me devolvería el abrazo más amable el más tierno, el más gentil, y el más suave Pero es que de todo eso es demasiado el aire y se desharía entre mis manos de carne. Necesito un abrazo que sea tierno y terso y firme y sinuoso. Justo como el dibujo del resquebrajo de ese pecíolo qué está en mi ánimo. Un abrazo  que dibujara el resquebrajo pero en sentido contrario: que acabara de romper o reparase esa hoja. Un abrazo. Que me impidiera llorar o precipitara el llanto. O quizá a encontrarme o romperme con ot