Hijo mío, vive.
Vive sin rencor ni dolor.
Aunque la vida no es fácil
aunque esta vida es un clamor
siempre hay esperanza.
No permitas que ninguna bomba
te arranque la mano del corazón
con la que arropas a quién te importa.
No permitas que nadie te haga olvidar
cómo se aprende a ser feliz
y cómo se aprende a amar.
No permitas que tu mente te nuble
ni que la vergüenza te impida
un beso, un guiño o una caricia.
No lo permitas.
Habrá muchos muras que superar
pero quien esté en tu vida
alzará la manos
para que los puedas alcanzar.
También habrá mares
que sólo tu podrás cruzar
cuando naufragues.
Pero siempre habrá una razón.
Siempre tendrás un motivo para vivir
Sino, mira a este viejo
que aun muerte está escribiendo
y sigue vivo gracias a un recuerdo.
La vida es redonda, no es plana
Por tanto siempre habrá mañana
y siempre habrá un camino.
Siempre habrá un sendero
para forjarte tu destino.
Ama y vive
lo que ya amaste
Ama y vive.
Es mi último mensaje.
Ahora sigue.
Sigue con tu viaje...
(de Luis Pérez Fernández)
Vive sin rencor ni dolor.
Aunque la vida no es fácil
aunque esta vida es un clamor
siempre hay esperanza.
No permitas que ninguna bomba
te arranque la mano del corazón
con la que arropas a quién te importa.
No permitas que nadie te haga olvidar
cómo se aprende a ser feliz
y cómo se aprende a amar.
No permitas que tu mente te nuble
ni que la vergüenza te impida
un beso, un guiño o una caricia.
No lo permitas.
Habrá muchos muras que superar
pero quien esté en tu vida
alzará la manos
para que los puedas alcanzar.
También habrá mares
que sólo tu podrás cruzar
cuando naufragues.
Pero siempre habrá una razón.
Siempre tendrás un motivo para vivir
Sino, mira a este viejo
que aun muerte está escribiendo
y sigue vivo gracias a un recuerdo.
La vida es redonda, no es plana
Por tanto siempre habrá mañana
y siempre habrá un camino.
Siempre habrá un sendero
para forjarte tu destino.
Ama y vive
lo que ya amaste
Ama y vive.
Es mi último mensaje.
Ahora sigue.
Sigue con tu viaje...
(de Luis Pérez Fernández)
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