¡SH! Oye el silencio. Hay cosas en él que ni te atreverías a oír, ni podrías, pero haciéndolo, puedes sentirlo. Un eco frágil pero invulnerable. Una sombra del sonido. Una sombra, burlona pero libre. Libre. Libre.
Una sombra de la que todo el mundo habla pero nadie ha visto, ni oído, sólo sentido. Capaz de recrear momentos tensos y tiernos. Necesaria, más incluso, que el propio sonido en ciertos momentos. No me gustaría ser sordo, ni mucho menos. Ni maldigo ni me burlo de los que lo sean. Simplemente, quiero hacer ver que, entre el bullicioso y estresante o sencillo y bello mundo del sonido, hay silencio.
El silencio es el amo del sonido, que le entrega el mandato para sonar cuanto quiera, pero puede imponer su poder en cada instante deseado. Pasa desapercibido, ignorado, distante.
La oscuridad del sonido, luce entre los ambientes. No es que no suene nada cuando no lo percibimos con nuestros oídos, sino que nuestros oídos, imperfectos, no son capaces de escucharlo.
Sólo los verdaderamente capaces de hacerlo, pueden quedarse inmersos en un mundo de tinieblas. Sólo los que tienen la libertad para disfrutar la libertad, pueden disfrutar de la música y del silencio.
Los que no tienen el valor suficiente para ver ambos mundos, se quedan estancados en uno. Si bien es cierto que en él está todo el mundo, ¿no será que nadie tiene el valor suficiente?
Séptimo Tributo...A La Libertad
Una sombra de la que todo el mundo habla pero nadie ha visto, ni oído, sólo sentido. Capaz de recrear momentos tensos y tiernos. Necesaria, más incluso, que el propio sonido en ciertos momentos. No me gustaría ser sordo, ni mucho menos. Ni maldigo ni me burlo de los que lo sean. Simplemente, quiero hacer ver que, entre el bullicioso y estresante o sencillo y bello mundo del sonido, hay silencio.
El silencio es el amo del sonido, que le entrega el mandato para sonar cuanto quiera, pero puede imponer su poder en cada instante deseado. Pasa desapercibido, ignorado, distante.
La oscuridad del sonido, luce entre los ambientes. No es que no suene nada cuando no lo percibimos con nuestros oídos, sino que nuestros oídos, imperfectos, no son capaces de escucharlo.
Sólo los verdaderamente capaces de hacerlo, pueden quedarse inmersos en un mundo de tinieblas. Sólo los que tienen la libertad para disfrutar la libertad, pueden disfrutar de la música y del silencio.
Los que no tienen el valor suficiente para ver ambos mundos, se quedan estancados en uno. Si bien es cierto que en él está todo el mundo, ¿no será que nadie tiene el valor suficiente?
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