Ir al contenido principal

Pantano

Has cambiado.
Como el pantano de San Juan
Pero tú lo conoces más que yo
y tú te conoces más.

Yo sé por rumores
que el pantano ya no es lo que era
al igual que sé por tus gestos
que tú no eres lo que eras.

Eras impenetrable.
Pero hay algo en estas paredes…
en que estudiaste redes…
en que vengan vecinos a casa…
en que ahora pongas alarmas…
hay algo en eso
que te ha hecho más propenso 
a sonreír
a gritar menos.

Sigues siendo servicial en demasía
–pero eso forma parte de tu bondad–
y con los años has encontrado
–o quizá la tenías ya,
insisto, no te he conocido tanto–
una ternura que te da
a veces
brazos de madre
y ojos de niño.

Abrazarte es sentirse escudado.
Darte una estufa en verano es
a partes iguales
reírme de tu desgracia –soy sincero–
y acurrucarme en ese escudo.

Han pasado muchas cosas y casas.
Muchas casas y quesos.
Muchas botellas de agua
y también ordenadores muertos.

Y más cosas que ni vi ni veré
en los cuarenta años de experiencia
que nos separan.

Pero el hombre que veo
y cuya visión mía intentó imprimir aquí
–misión imposible, pues estás
literalmente, con mamá
en los primeros cimientos de mi alma–
el hombre que hoy cumple sesenta años
es un hombre con historia
e historia que desconozco
e historias que se me olvidan
para que vuelvas a contármelas
(conozco mil historias de tu padre
y no me sé casi ninguna)

Pero, sobre todo, es un hombre amable
perezoso pero perseverante
apasionado Al Rojo Vivo y que habla a viva Vox
con voltaje y grava entre los dedos;
una persona hábil y admirable.
Estoy orgulloso de que seas mi padre.
Y te quiero
(y “te quiero” no lo decías tanto antes).

De lo que más me alegro 
es de que cada vez te veo más joven
aunque te llame calvo y viejo.
Porque veo, a veces, un reflejo
del pantano de San Juan, en tus ojos.
Uno que, años ha, no me enseñabas
o que, aun no sabía ver, y ahora irradia.

El pantano de San Juan, en Madrid

NOTA CONTEXTUAL: poema de cumpleaños para mi padre en 2019.

 de ©Shathu Entayla

Comentarios

Popular Posts

Para la gente a la que beses

Hay gente  que necesitas besar  muchas veces  porque el fin de un beso es  siempre  el principio de otro  que aún no ha venido. Hay gente que necesitas besar  muchas veces porque cada beso es siempre como estar en casa y ser querido. Hay gente que la besas y no vuelve (pocas veces). Pero dentro de ti es siempre un recuerdo vívido de haber vivido. Hay gente que la besas y no vuelve muchas veces y duele ver, porque es siempre ver al otro yendo a otros caminos. Hay gente  que la besas, te arrepientes y así siempre, muchas, o una sola vez. Siempre, y aunque no después, besar se quiso. Hay gente que la besas y no vuelve para siempre porque el mismo tiempo es siempre quien os ha llevado  hacia el olvido. Hay gente  que la besas y sí vuelve muchas veces, y despierta algo que es siempre algo que aun dormido era cariño. Hay gente que no besas y sí vuelve muchas veces, y se queda porque es siempre amor, aun siendo otro que el del inicio. Hay gente que la besas y sí vuelve. Pero, a veces. Y lo in

Cacatúa (poema-calambur)

¡Caca tuya, cacatúa…! Cacareas cacas, rea… ¡Cacatúa! ¡Cacarea! Carámbanos vanos, cacatúa, es lo que sale de tu cacareo. Rea de cacas tuyas eres, cacatúa. Rea de tus deseos. Sueñas cacatúa, cacas tuyas. ¡Cacarea! ¡Rea! ¡Cacarea tus deseos! ¡Carámbanos de sueños ¡Vanos anhelos! Cacas tuyas, cacatúa son tus cacareos ¡Cacatúa! ¡Caca túa! ¡Túa! ¡Caca rea son tus sueños! Imagen libre de Wikipedia Sátira poética a la vanidad de

Un abrazo

Alquitranes húmedos besan mis sketchers ya pasadas dadas de sí por miles de pasos. Unos andados, otros bailados. Otros que buscan algo. A veces, en estas noches como un pecíolo de hoja que, en otoño se resquebraja en silencio mucho antes de caer, mi ánimo, también se resquebraja. De mis ojos salen lágrimas  que son de aire porque la humedad la tienen el alquitrán y mis pasos y mi sudor y mis pasos. Y por la soledad de dentro de mis ojos no sale nadie. Muchísimas noches abrazaría el aire me devolvería el abrazo más amable el más tierno, el más gentil, y el más suave Pero es que de todo eso es demasiado el aire y se desharía entre mis manos de carne. Necesito un abrazo que sea tierno y terso y firme y sinuoso. Justo como el dibujo del resquebrajo de ese pecíolo qué está en mi ánimo. Un abrazo  que dibujara el resquebrajo pero en sentido contrario: que acabara de romper o reparase esa hoja. Un abrazo. Que me impidiera llorar o precipitara el llanto. O quizá a encontrarme o romperme con ot