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Libre soymos

Soy. Soy yo. Sin ti.
Contigo en mis suspiros dormidos
que desean deshacerse de su cama
y salir.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Tus besos saben a cautivo
y a veces con ellos me reclamas
como orí.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Queriéndote hasta no estar vivo.
Hasta entristecerme entre tus llamas
que prendí.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Algo anhelo en la verdad de tu alivio
y no alcanzarlo me saca a rastras
desde ti.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Echándote de menos en mis libros
de poesía de tierra desgarrada
desde aquí.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Entre heridas tenidas en vilo
Yo lejos y tú muy alejada
de ti.

Bésame. ¡Adiós medida!
¡Que se aparte un instante la poesía!
Soy. Soy yo. Sin ti.
Gritando a rabias que me escribas
con las garras del amor
tus caricias en mi piel.
Gritando que me abraces como ayer
el ayer en que te vi
a mil nanómetros de ti:
¡y son tantos -son mil-
que no los puedo medir!

¡Te anhelo!
Te anhelo en mí
Anhelo sacarte de aquí.
De ti
Anhelo verte vivir.
Vivir.
Vivir.
Sentir.
Vivir.

No quiero estar sin ti...
Ven aquí. Aquí.
Allí, donde por fin
puedas salir.
Ser libre.
Vivir libre. Vivir.
Y yo, no sufrir.
Y tú, no morir
de no vivir.

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Flores en el asfalto

Hay personas que duelen  de lo que alivian que matan las nubes de tormenta que apartan las aguas negras; esas con hábito de vorágines que nunca cesan. Hay personas que devuelven el brillo al alma el edén al fruto la esencia a la esencia y la enrutan y la soterran para que crezca justo así en vertical para que seas  como la flor que brota del asfalto como el pájaro que descansa en la catenaria como la pausa de paz en el bombardeo; para que seas. Hay personas que habitan  tu piel y te dejan la suya; que apartan la ciudad y, en sus escombros, te encuentran. Ojalá vivir más  en esas personas dolorosas devolvedoras, habitantes y encontrosas. Ojalá vivir más en quien ama con belleza Ojalá vivir más y que el más que viva sea con ellas. Modificación de una imagen de PhilippLE  en Pixabay Dedicado a La Tribu de los Idos, especialmente a Esther, Leyre, Sara, Karina y Buda  de ©Shathu Entayla

Follar para desnudarse

Follar siempre al menos una vez al menos desnudarnos una vez del todo para poder hablar, sobre-todo. Si te he desnudado y me has desnudado al menos una vez ya nada es tabú. Si ya te he desnudado y me has desnudado los complejos se quedan en la ropa y las excusas, líquidas, sobre la cama y de los quejidos sólo se oyen ya los ecos de los orgasmos y se ha disuelto el miedo hasta la ternura del abrazo. Si ya te he desnudado y me has desnudado al menos una vez ya nada es tabú y seguiremos desnudos al volver a vestirnos. Follar siempre al menos una vez para desnudarse una vez una última vez para nunca tener que volver a vestirnos. Imagen de mopiaoyao  en Pixabay  de ©Shathu Entayla

Oración al cansancio

Para poner en pausa el reloj de la máquina  y despertar con dulzura al espíritu. Para sentir el placer que da el tiempo sin cronómetro  el tiempo sin destino; el vivir en sí mismo. Para apreciar los minutos y sus segundos el continuo sin discretos y el corazón que nunca paró de latir. Para honrar al cansancio (¡oh cansancio!) que nos permite contemplar en vez de hacer; que nos permite sentir en vez de evitarnos; que nos permite jugar en vez de optimizar. Para que el tiempo sin sentido, dé sentido. Para no caer en la tentación  de darle uno. Para parar para sentir para apreciar para contemplar para jugar. Ahora oro para que el tiempo sólo sea tiempo. Kha feijôl. Imagen de Ola Dapo  en Pexels  de ©Shathu Entayla