Ir al contenido principal

Libre soymos

Soy. Soy yo. Sin ti.
Contigo en mis suspiros dormidos
que desean deshacerse de su cama
y salir.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Tus besos saben a cautivo
y a veces con ellos me reclamas
como orí.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Queriéndote hasta no estar vivo.
Hasta entristecerme entre tus llamas
que prendí.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Algo anhelo en la verdad de tu alivio
y no alcanzarlo me saca a rastras
desde ti.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Echándote de menos en mis libros
de poesía de tierra desgarrada
desde aquí.

Soy. Soy yo. Sin ti.
Entre heridas tenidas en vilo
Yo lejos y tú muy alejada
de ti.

Bésame. ¡Adiós medida!
¡Que se aparte un instante la poesía!
Soy. Soy yo. Sin ti.
Gritando a rabias que me escribas
con las garras del amor
tus caricias en mi piel.
Gritando que me abraces como ayer
el ayer en que te vi
a mil nanómetros de ti:
¡y son tantos -son mil-
que no los puedo medir!

¡Te anhelo!
Te anhelo en mí
Anhelo sacarte de aquí.
De ti
Anhelo verte vivir.
Vivir.
Vivir.
Sentir.
Vivir.

No quiero estar sin ti...
Ven aquí. Aquí.
Allí, donde por fin
puedas salir.
Ser libre.
Vivir libre. Vivir.
Y yo, no sufrir.
Y tú, no morir
de no vivir.

Imagen creada con Leonardo AI y prompt de ChatGPT

 

Comentarios

Popular Posts

El espacio en que fui tuyo

Así me miras como si sólo fuera tuyo. como si mi carne y cómo respiro vivieran sólo en tus dominios, como si yo pudiera salir pero fuera quedarme lo que elijo. Me miras como vestida con un traje de prodigio  que dejan vida y libertad a un lado En el que elegí que ya no elijo. Me miras como si solo fuera tuyo. Me miras como si así siempre hubiese sido. Empiezas con uñas como espadas, y me pegas y, sin querer, grito y ese grito y que lo pares pido porque no quiero gritar más pues no gritar más es quitarme ya una libertad que ahora no preciso aunque es precisamente por libertad  (aunque sin parecer verdad) por lo que grito. Me miras como si me crearas  y yo te creo y te doy las gracias. Me cuidas cuando me atrapas. Me haces temerte cuando me amas. Y esas aguas contrarias, que me hacen a mi llorar otras aguas, flaquean el báculo de tus manos y viendo que me rompes, amenazas con parar el viaje hacia el espacio más cercano al ser sin ser hacia el que estábamos andando: a un tra...

Un soneto de tres

Por hoy somos tres. Madre, padre e hijo. Aunque no siempre fuimos tres, pues fuimos cuatro. Luego el desahucio vivimos. Tres vivimos el vivir sin cobijo. Aquí somos tres. Madre, padre e hijo con vidas distintas que distinguimos viviéndolas. Juntos y no. Es un timo de envejecer y el tiempo, que no elijo. Y un día tres serán dos, y dos, uno. De pronto "juntos" pasará a ser "no". Y poco hay entre "juntos" y "ninguno". De un algo que estuvo y se marchó el uno que quede será el "alguno". Uno entre paredes de lo que amó. Imagen generada con Flash 2.0 (Google)  de ©Shathu Entayla

Recuerdos como noches

Cuando la noche se asienta, cuando el día se termina, cercan los horizontes de mis ojos los recuerdos. Esos que veo junto a la estela de mis pasos. Cuando la noche se asienta y su silencio se posa afloran pensamientos en mi mente: los recuerdos  a los que temo. Junto a la estela de mis pasos. Porque mis recuerdos se me aferran como a la piel, cicatrices, como a la retina, luz como al esperar, el tiempo. Puede ser que sean bellos esos recuerdos. Aún me inquietan. Hay carcasas bellas con adentros feos. Porque mis recuerdos se me aferran como la corriente al nervio, como la mano al puñal, como el párpado a lo visto. Y sé bien perderme en ellos —en los recuerdos que son veneno— incluso más que en todos mis pasos mismos. Imagen hecha con Leonardo AI  de ©Shathu Entayla