Ir al contenido principal

Sí. Es un Sueño

Sí. La vida es dura. Es dura para todos aquellos que la viven de una forma especial. A su manera. Nadie que tenga una vida que no afronta puede decir que sea dura, porque es fácil dejar que te venza. Lo difícil es vencerla.

Sí. La vida es increíble. Es increíble porque toda experiencia pasa por algo y aun así pasa de una manera, que aunque quizá desde fuera pueda ser inverosímil o menospreciable, en el mundo de los sentimientos, en el del alma, e incluso a veces en el mundo onírico, puede ser tan sencillo como una fantasía hecha realidad. Sencilla porque es real. Fantasía por lo que se vive en ella.

Sí. La vida es posible. Es posible, ser una persona cerrada o abierta. Es posible ser inteligente e ininteligible, o tonto y sabio, e incluso hay locos cuerdos en algún lado. Todo tiene una razón de ser. Todo el mundo tiene sueños. Desde el niño cual sueño es que su madre le devuelva el chupa-chups que le ha confiscado, hasta el raro político que implora cambiar el mundo o el actor que sueña con saltar a una dimensión desconocida. ¿Qué ha sido de los sueños, chicos? ¿Qué hay de las aspiraciones, de las metas, de los deseos, las pasiones y el ESFUERZO? ¿Qué pasa con todo ello? ¿Por qué hay gente que se queja de llevar una vida normal, y cuando no hace nada para evitar que lo sea? ¿Por qué admiramos a la gente y no admiramos su esfuerzo tras averiguar cuál fue, en vez de idolatrarla? Mirad, alguien muy sabio dijo una vez que sólo existen los imposibles para la gente que cree en ellos y no cree en los sueños.

Sí. No me creéis. Desgraciadamente, alguien sin corazón nunca podrá leer esto y saber su significado. Este mensaje que mando hoy, lo hago para que valoréis los cambios y que, en vez de dejar la vida pasar, intentéis forjaros una. Hay mucha gente que no la tiene. Cuando sólo empezáis a rozar ese nuevo plano de vida, o alguien te ayuda a conseguirlo, puedes contar cosas que nadie creería, pero ciertas. Casi esotéricas y siempre irremediablemente trascendentales, que harían llorar a una piedra, en el caso de que tuviese algo de corazón. Que el mismo Javert, el inflexible policía de Los Miserables, hubiera dejado caer un torrente de sus lágrimas de emoción. No es un cuento, esto existe, y soy testigo. Creedme cuando os digo que habrá gente que creerá en los sueños, pero nadie tiene fe en ellos. Sólo quien lucha por ellos, puede decir que esto sea cierto. Hay gente maravillosa. Sólo hay que saber verla. Existen personas que pueden cambiar la vida, y eso, hay muchas maneras de hacerlo.

 ¿Quién sabe dónde encontrar un sueño y cómo cumplirlo?

(Una pista: No se lo preguntes a nadie. A nadie más que a ti mismo.)

11º Tributo...al Sentido de la Vida

Comentarios

  1. Hacia mucho tiempo que no te leia.
    Un vez mas, me has echo emocionarme :')
    Es verdad, creetelo
    Cruella de Vill

    ResponderEliminar
  2. Gracias =). Me halaga mucho leer eso. No todos os escritores pueden testimoniar que alguien les ha leído y se ha emocionado.
    Agradezco tu comentario, Cruella, de verdad =).

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Popular Posts

Cacatúa (poema-calambur)

¡Caca tuya, cacatúa…! Cacareas cacas, rea… ¡Cacatúa! ¡Cacarea! Carámbanos vanos, cacatúa, es lo que sale de tu cacareo. Rea de cacas tuyas eres, cacatúa. Rea de tus deseos. Sueñas cacatúa, cacas tuyas. ¡Cacarea! ¡Rea! ¡Cacarea tus deseos! ¡Carámbanos de sueños ¡Vanos anhelos! Cacas tuyas, cacatúa son tus cacareos ¡Cacatúa! ¡Caca túa! ¡Túa! ¡Caca rea son tus sueños! Imagen libre de Wikipedia Sátira poética a la vanidad de

La bandera

Cada vez que te abrazo, muchas cosas me pasan. Siempre mis manos a tus largos bosques se lanzan y cuando te acarician se enganchan en sus ramas. Bajo esas largas ramas siempre encuentran tu espalda. Planean en los surcos de tu piel, como emplumadas como sin peso, y aterrizan en tu piel de nácar. Y pecho y pecho. Mejilla y mejilla. Juntadas, tras del aterrizaje, como visagras. Como si en pulso y rubor se juntara el alma. y que los pulsos y rubores se contagiaran. El contagio, en un desliz voluntario, atrapa de improviso los pares de labios que, aunque escapan de la atadura del pulso y rubor, no se marchan. Y en un vaivén, los labios atados, se desatan y el aire vuela, vuela y vuela entre las visagras. Pero aunque vuela, cambia y baila, luego se apaga y solamente el silencio suena, labios en calma. Y al abrir los ojos, y reenfocar la mirada veo tu cara, el rostro precioso al que besaba. Ese rostro. Un rostro que es una bandera izada sobre el mástil de un cuerpo de una belleza franca. Un

Un abrazo

Alquitranes húmedos besan mis sketchers ya pasadas dadas de sí por miles de pasos. Unos andados, otros bailados. Otros que buscan algo. A veces, en estas noches como un pecíolo de hoja que, en otoño se resquebraja en silencio mucho antes de caer, mi ánimo, también se resquebraja. De mis ojos salen lágrimas  que son de aire porque la humedad la tienen el alquitrán y mis pasos y mi sudor y mis pasos. Y por la soledad de dentro de mis ojos no sale nadie. Muchísimas noches abrazaría el aire me devolvería el abrazo más amable el más tierno, el más gentil, y el más suave Pero es que de todo eso es demasiado el aire y se desharía entre mis manos de carne. Necesito un abrazo que sea tierno y terso y firme y sinuoso. Justo como el dibujo del resquebrajo de ese pecíolo qué está en mi ánimo. Un abrazo  que dibujara el resquebrajo pero en sentido contrario: que acabara de romper o reparase esa hoja. Un abrazo. Que me impidiera llorar o precipitara el llanto. O quizá a encontrarme o romperme con ot