Echo de menos el petricor de la habitación tras llovernos sobre las sábanas; dormirnos en su humedad y calidez, como si de una hoguera se tratara.
Echo de menos las formas de tu piel, esculpidas por la sinuosidad, sencillez y belleza del viento, por las que mis manos, como hojas, pueden planear.
Echo de menos tu sonrisa de niña, tus ojos de almendra dulce, tus labios de cera blanda, tu cuello de bailarina, y el campo de espigas del pelo de tu nuca, que al acariciar, acarician.
Echo de menos tu candor maduro, tu inocente inteligencia, tu espíritu de ave pequeña y alas inmensas.
Echo de menos cómo te maquillan tus ojeras, los ríos y enredaderas de tus estrías, tus glúteos de negra y tus senos de aguacate.
Echo de menos tu sexo, su laberinto de pliegues, su humedad que atrapa y cuida al mío cuando te lo guardas dentro.
Te echo de menos desde mi cuerpo, desde mi corazón. A veces ignorando el pensamiento. Echo de menos tu cuerpo, es decir a ti, y todo lo que tienes dentro. Cerrando la boca cuando te beso. Siempre a corazón abierto.
Foto de autorx desconocidx de PxHere |
NOTA: Originalmente escrito en Julio de 2021.
de ©Shathu Entayla
Me gustó
ResponderEliminar