El amor me salva del arte,
de toda esclavitud numérica
y de todo mandato algorítmico.
Es mi salvoconducto a la paz,
el antídoto un falso entusiasmo
inducido por manos sin nombre,
y que cataliza otro entusiasmo
honesto y real, y que transforma.
El amor me salva del arte
aunque a veces viene del arte
o por el arte
o lleva al arte
el amor me conecta con el mundo
un mundo ideal de amor y cuidados
que colma de esperanza
un abismo
de manos invisibles
y números divinos
que bien pudieran arrastrarme
a la embriaguez
de salir de la pobreza
y al desánimo
de no lograrlo.
Pero yo estoy bien
el amor me salva.
Yo tengo el privilegio del amor
El privilegio de saber que no
me van a dejar caer.
Tengo el corazón blindado de amor
hacia un mundo que con todos es cruel.
Pero no me puede salvar siempre.
Saber pedir ayuda
no es poder defenderse.
Todo escudo puede romperse.
Toda red, atomizarse.
Toda inseguridad, disolverse.
¿Y si eso ocurre
quién me salvará del arte?
¿Lograré que el mundo deje
de vernos como enemigos?
Y si lo hago, ¿seré yo
enemigo de mis amigos?
¿Qué pasa al "dar un pelotazo"?
¿Se siente bien? ¿Se siente justo?
¿Deja el amor de protegerte?
Yo amo el arte. Yo, lo adoro.
Pero no se deja mirar a los ojos.
No se deja. No le dejan.
¿Podré algún día comer
por el arte
sin que me salven?
¿Podré dar de comer
a quien hoy me salva?
¿Puede una red de arte
ser capaz de salvarme
como ya la del amor lo hace?
El amor me salva del arte
pero la batalla contra el arte
será entre él y yo.
No habrá nadie para defenderme. Nadie.
Aún me queda vida.
Y amor. Y entusiasmo.
Y a veces el mundo
drena mi ilusión por crear
pero, como ahora que escribo
sólo hay que esperar
para que algo dentro estalle
y me dé de la mano del arte
lejos de atomizaciones y números
lejos de ser o no ser nadie.
Esperar. Observar. Concentrarse.
Inspirarse. Amar. Observarse.
Parar. Pararlo. Pararse.
Aún en la intimidad, el arte
siempre me besa a escondidas
cuando nadie mira y yo soy nadie
y me dice que aunque el pobre soy yo
él también tiene hambre,
y el frío no sacia
ni su corazón ni su sangre,
y aunque en privado me ame
y el público me mate,
sé que queremos lo mismo
nadie, yo y el arte.
Imagen de autorx desconocidx de PxHere |
NOTA: escrito en agosto de 2021, mientras leía "El entusiasmo" de Remedios Zafra.
de ©Shathu Entayla
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