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Luces como besos. Peligros como hogares.

En esta habitación oscura
un foco de luz  recorre
todo lo que está al alcance
de mis ojos.

En esta habitación
he pasado grandes noches,
caballos de recuerdos
y espadas de querellas.

Una habitación oscura.
Sin velas, ni lámparas
ni amores que prendan
este oscuro cuarto sin muebles.

En esta habitación
he disfrutado mucho
y también sufrido
más de lo que me gustó.

Pues nunca he visto más luz que la luz
que está al alcance de mis ojos.

En esta habitación
he llorado, he querido
amado, golpeado paredes,
besado, gritado y follado.

Y ahora veo esta luz
- la misma de siempre  -
iluminándome.
Como un túnel claro.

Un pasaje intransitable
sin apenas rumbo fijo.
- Porque es maldita luz,
y la luz no guía vidas-.

Pero la quiero,
la admiro, la deseo,
le lanzo flores de palabras,
la sigo con la mirada

mientras amo, odio,
beso, follo, decido,
lloro, golpeo paredes,
me arrepiento y me alegro.

Y sé que la luz es luz
y no es mis pasos.

Pero también sé que
cada vez que la miro
me ilumina son su mirada
y parece que sí hubiese velas.

Por eso me da igual ver solo
la luz al alcance de mis ojos
pues solo esa puede entrar aquí
y solo esa quiero mirar.

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