Ir al contenido principal

Desvelando la Felicidad

Es ser feliz
el verdadero barniz
de todo cuanto padecemos.
Es lo que todos queremos:
que esto se cumpla al fin.

Mas, como sabemos
esos momento buenos
de real felicidad
en nuestra realidad
no están cuando queremos.

Ahora soy yo quien tiene
algo que conviene
que reflexionéis:
¿Qué diriais si véis
que la tristeza tampoco viene?

Aquí llega mi conclusión:
Es la imaginación
la crea escenas
aumentando las penas
perdiendo la razón.

Aprovecha lo bueno
(que siempre todos tenemos)
pues no existe el botón
para hacer un parón
infinito en cuento queremos.

Comentarios

  1. Esta bastante bien, me gusta el final, todos tenemos algo bueno y tenemos que aprovechalo es una buena frase y un buen consejo
    tu conclosión, tienes razón muchas veces es la imaginación quien te juega una mala pasada pero también esta te ayuda a muchas cosas y no siempre aumenta las penas

    ResponderEliminar
  2. Tienes muchas razón, pero este poema va para que la gente sepa que la iaginación se puede usar para eso: hacer alquimia. La gente que ya sabe hacerlo o que sabe la teoría de ello, no necesita leer este poema =) (pero poca gente sabe hacer eso, a pesar de que sabe que se peude hacer con dedicación, desgraciadamente...)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Popular Posts

El espacio en que fui tuyo

Así me miras como si sólo fuera tuyo. como si mi carne y cómo respiro vivieran sólo en tus dominios, como si yo pudiera salir pero fuera quedarme lo que elijo. Me miras como vestida con un traje de prodigio  que dejan vida y libertad a un lado En el que elegí que ya no elijo. Me miras como si solo fuera tuyo. Me miras como si así siempre hubiese sido. Empiezas con uñas como espadas, y me pegas y, sin querer, grito y ese grito y que lo pares pido porque no quiero gritar más pues no gritar más es quitarme ya una libertad que ahora no preciso aunque es precisamente por libertad  (aunque sin parecer verdad) por lo que grito. Me miras como si me crearas  y yo te creo y te doy las gracias. Me cuidas cuando me atrapas. Me haces temerte cuando me amas. Y esas aguas contrarias, que me hacen a mi llorar otras aguas, flaquean el báculo de tus manos y viendo que me rompes, amenazas con parar el viaje hacia el espacio más cercano al ser sin ser hacia el que estábamos andando: a un tra...

Recuerdos como noches

Cuando la noche se asienta, cuando el día se termina, cercan los horizontes de mis ojos los recuerdos. Esos que veo junto a la estela de mis pasos. Cuando la noche se asienta y su silencio se posa afloran pensamientos en mi mente: los recuerdos  a los que temo. Junto a la estela de mis pasos. Porque mis recuerdos se me aferran como a la piel, cicatrices, como a la retina, luz como al esperar, el tiempo. Puede ser que sean bellos esos recuerdos. Aún me inquietan. Hay carcasas bellas con adentros feos. Porque mis recuerdos se me aferran como la corriente al nervio, como la mano al puñal, como el párpado a lo visto. Y sé bien perderme en ellos —en los recuerdos que son veneno— incluso más que en todos mis pasos mismos. Imagen hecha con Leonardo AI  de ©Shathu Entayla

Un soneto de tres

Por hoy somos tres. Madre, padre e hijo. Aunque no siempre fuimos tres, pues fuimos cuatro. Luego el desahucio vivimos. Tres vivimos el vivir sin cobijo. Aquí somos tres. Madre, padre e hijo con vidas distintas que distinguimos viviéndolas. Juntos y no. Es un timo de envejecer y el tiempo, que no elijo. Y un día tres serán dos, y dos, uno. De pronto "juntos" pasará a ser "no". Y poco hay entre "juntos" y "ninguno". De un algo que estuvo y se marchó el uno que quede será el "alguno". Uno entre paredes de lo que amó. Imagen generada con Flash 2.0 (Google)  de ©Shathu Entayla