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El tiempo que no miente

¿Qué se han creído las palabras?
¿Se han creído que pueden 
devorar al amor
hacerlo suyo
cuando el amor es patrimonio del tiempo
y de la piel
cuando el amor es lo que hay entre los minutos
y si hablamos de segundos
entre los segundos?

¿Cómo hablan de eso las palabras?
No pueden.
Quien hable miente.
Como yo estoy mintiendo.

La palabras mienten 
pero al mismo tiempo
¿cómo se puede no mentir
cuando los segundos
dejan de caber en el tiempo,
cuando el cuerpo coloniza
el gran misterio 
y de pronto todo es cierto
y de pronto ya no hay dudas
y de pronto es tarde y ya no hay tiempo
porque el tiempo que existía, se esfuma?

Debería de estar 
prohibido
volver 
al conteo
ya discreto 
y no continuo
de la vida.
Debería.

Qué bien se está 
en la verdad
que está entre los segundos.
Qué mal vuelve uno a la mentira.
¿Qué se han creído las palabras
con tanta malicia?

El tiempo que se dice ya no vive.
Qué paradoja es decirlo para que viva.
El único tiempo que se vive
es el que se pierde.
Abrázame otra vez con los ojos, 
como hacías.
Así, mi tiempo, en ellos desaparece
y cuando el tiempo desaparece
solo hay vida.


Imagen creada con LeonardoAI


 de ©Shathu Entayla

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