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Él (La respuesta)


Siento…
Siento.
Libertad, debiera ser.
Pero no lo siento.
Siento…

Algo se planta en medio de mis cabellos
parte sus folículos en dos
y de la masacre quedo calvo.
A esto, mis médicos le llaman…

¡No me sirve! ¡No!
¡No!
                ¡No!
                               ¡No!
                No.
No…
¿Nunca?

Puede ser que nunca…
¡Libre! ¡Sí ¡Eso es!
¡Lo soy!
Soy lo que soy lo que…
¿Soy? ¿Lo… soy…?

Siento que cuando respondo a mis preguntas
las respuestas no terminan nunca…
Pregunte las veces que pregunte
Pregunte las veces que responda
Responda las veces que pregunte,
                                      que responda,
                                      que pregunte,
                                      que responda,
¿qué pregunto?

Nada responde…
                               Nadie.
                Sea quien sea ese.
¡Y es injusto! Él parece
                        que es libre.
¡Eso es lo que es! ¡Lo es!
Y no lo busca nunca…
                      ¿Nadie?,
                        no.
                 No lo haría nunca
                   No lo ha hecho.
                     No puede.
                       No.
                         No, no, no.

¡Jamás!
¡Eso no se busca!
La libertad se…
                    se…
              No sé.
              No aún.
              No puedo.
                  No.
                  No.
             ¡Pero nadie, sí!
¡Él es libre! ¡Lo es!
¡Es lo que es lo que es lo que…!
¿Es? ¿Lo… es…?

Espero que lo sea.
Que lo sea nadie, claro.
Eso significaría que se puede ser,
¿no?
                ¿O no…?
                      No sé…
Esta respuesta está siendo muy larga, creo.
                ¿O no…?
Quizá me quedo corto.
¿Largo, corto, largo, corto, largo…?
¿Larga, corta, larga, corta, larga…?

¿Alguien…  Nadie...?
                ¿O no…?

Imagen de PublicDomainPictures en pixabay
 

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